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Lección 47, Noviembre 20 de 2022

  • Admin
  • 17 nov 2022
  • 3 Min. de lectura

PARA LOS NIÑOS: “Jacob Prepara el Encuentro con Esaú”

Propósito:

Enseñar a los niños que el pecado siempre traerá temor, intranquilidad y angustia en nuestra vida.

Introducción:

El mayor obstáculo de Jacob para regresar a Canaán es Esaú. En este tiempo, Esaú se había trasladado a la región de Seir, territorio al sudeste del mar Muerto, donde se unió con los Horeos y formaron Edom (Gn.36.6-8). Jacob no estaba seguro de la reacción de Esaú de quien había huido hace veinte años, ante la amenaza de muerte de éste; por eso con la esperanza de reconciliación, Jacob prepara el encuentro con Esaú.


I. Por Miedo a su Hermano, vv. 1-8

La primera preparación es de orden espiritual, al continuar su camino, y posiblemente en respuesta a la oración de Jacob, unos ángeles de Dios salen al encuentro de Jacob. Esta experiencia indica la presencia protectora del Señor. Jacob nombra aquel lugar Mahanaim (campo de Dios es este) y se siente fortalecido, protegido y animado a seguir adelante. Jacob envía mensajeros a Seir lugar en el que se encontraba su hermano Esaú, para ver cuál es su reacción; esos siervos le llevaron noticias de que Jacob había morado con Labán y tenía vacas, asnos, ovejas, siervos y siervas; estas noticias son para hallar gracia en sus ojos (recordemos que Esaú en su enojo dijo que mataría a Jacob). Los mensajeros regresaron y le comunicaron a Jacob, que Esaú también venía a su encuentro con cuatrocientos hombres. Jacob al escuchar esto tuvo gran temor y angustia; y dividió el pueblo, las ovejas, vacas y camellos que tenía en dos cuadrillas; porque dijo si Esaú viene y hiere una cuadrilla, la otra escapará.


II. Implorando el Favor de Dios, vv. 9-12

Jacob acude a la oración, en la que presenta varios elementos: Una invocación donde identifica al Dios de Abraham y de Isaac; del pacto y de sus promesas; a Jehová, el Dios de su experiencia personal en Beth-el y en Harán. Luego menciona en su oración que su regreso a Canaán, es por el cumplimiento del mandato divino: “Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien; el obedecer a esa orden es la causa de esta situación de peligro. También hay una confesión: reconoce que su prosperidad actual se debe, no a sus méritos (porque él es muy pequeño), sino que ha obtenido todas sus posesiones por la misericordia y fidelidad de Dios para con él, de la pobreza y desamparo ahora posee dos campamentos. Por último, una petición clara y directa: Líbrame de la mano de Esaú porque temo que venga a herir a las mujeres con sus hijos. Y tú has dicho: Yo te haré bien, y pondré tu simiente como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.


III. Con Presentes para su Hermano, vv. 13-23

Jacob después de orar implorando la protección de Dios, durmió aquella noche. Después tomó un presente para Esaú su hermano, que consistía en doscientas cabras, veinte machos de cabrío, doscientas ovejas, veinte carneros, treinta camellas paridas con sus hijos, cuarenta vacas, diez novillos (cría de la vaca), veinte asnas y diez borricos (burros); y entregó todo esto a sus siervos y les dijo: “pasad adelante de mí, y ponen un espacio entre grupo y grupo. Y le dijo al primero: Si mi hermano Esaú te encuentra y pregunta ¿De quién eres? ¿y adónde vas? ¿y para quién es esto que llevas delante de ti? Dirás este presente es de tu siervo Jacob, para mi señor Esaú y él también viene detrás de nosotros”. Así mando al segundo y tercer siervo con las mismas indicaciones. Porque Jacob pensó que de esta manera calmaría la ira de su hermano. Después se acostó a dormir aquella noche en el campamento y a media noche se levantó, tomó a sus dos mujeres, sus dos siervas, con sus once hijos y cruzaron el arroyo de Jaboc con toda su gente y ganado. Al cruzar este río Jacob renuncia a una defensa humana y se expone a dos cosas: al ataque de Esaú y a la protección única de Dios.


Conclusión:

Niñitos la tierra por donde cruzó Jacob el arroyo de Jaboc estaba deshabitada. En su soledad Jacob estaba lleno de dudas y temores; había tratado mal a su hermano Esaú y ahora sufría pensando que podía atacarle en venganza. En aquella noche, Jacob hizo pasar todo lo que tenía a la otra orilla del arroyo de Jaboc quedando él sólo del otro lado. Porque si su hermano Esaú llegaba, lo mataría a él, pero su familia quedaría a salvo. Niñitos no debemos ser ventajosos ni mentirosos como Jacob, porque el pecado siempre traerá temor, intranquilidad y angustia en nuestra vida.

CATECISMO INFANTIL:

Pregunta No. 16

¿Quiénes fueron nuestros primeros padres?

Respuesta:

Adán y Eva.


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