“La Segunda Plaga”
MATERIAL BÍBLICO
1. Lecturas Diarias
Domingo: Dios castiga a los espías infieles. Números 14.32-39
Lunes: Envió ranas que los destruyeron. Salmo 78.43-45
Martes: Una plaga incurable. Deuteronomio 28.27
Miércoles: Ranas en los cuartos de reyes. Salmo 105.26-30
Jueves: Dios aumentará tus plagas. Deuteronomio 28.58-61
Viernes: Y el mismo Simón creyó. Hechos 8.9-24
Sábado: Los filisteos quieren ser sanados. 1 Samuel 6.1-4
2. Lectura Devocional:
Salmo 78.40-45
PASAJE IMPRESO:
Éxodo 8.1-15
1 Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a Faraón, y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirvan.
2 Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo heriré con ranas todos tus términos:
3 Y el río criará ranas, las cuales subirán, y entrarán en tu casa, y en la cámara de tu cama, y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, y en tu pueblo, y en tus hornos, y en tus artesas:
4 Y las ranas subirán sobre ti, y sobre tu pueblo, y sobre todos tus siervos.
5 Y Jehová dijo a Moisés: Di á Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, arroyos, y estanques, para que haga venir ranas sobre la tierra de Egipto.
6 Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto.
7 Y los encantadores hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto.
8 Entonces Faraón llamó a Moisés y á Aarón, y díjoles: Orad á Jehová que quite las ranas de mí y de mi pueblo; y dejaré ir al pueblo, para que sacrifique á Jehová.
9 Y dijo Moisés á Faraón: Gloríate sobre mí: ¿cuándo oraré por ti, y por tus siervos, y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti, y de tus casas, y que solamente se queden en el río?
10 Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Jehová nuestro Dios:
11 Y las ranas se irán de ti, y de tus casas, y de tus siervos, y de tu pueblo, y solamente se quedarán en el río.
12 Entonces salieron Moisés y Aarón de con Faraón, y clamó Moisés á Jehová sobre el negocio de las ranas que había puesto a Faraón.
13 E hizo Jehová conforme a la palabra de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los cortijos, y de los campos.
14 Y las juntaron en montones, y apestaban la tierra.
15 Y viendo Faraón que le habían dado reposo, agravó su corazón, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho.
COMENTARIO BÍBLICO
8.1-6 Entonces Jehová dijo a Moisés: …
“Esta serie de plagas terminaría con la muerte sobre casi cada hogar en Egipto. Dios pudo traer esta terrible última plaga primero, pero no lo hizo y no lo hizo por un propósito determinado. Dios usó esta serie de plagas para glorificarse (especialmente sobre los dioses egipcios), y para darle a Faraón una oportunidad de arrepentirse. Debemos de ver la bondadosa misericordia de Dios al hacer esto. Él pudo haber ido directamente al juicio más severo, pero en lugar de eso le dio a Faraón muchas oportunidades de arrepentirse y de cambiar. Los egipcios adoraban a las ranas como una diosa porque era común ver ranas alrededor del Nilo, porque se reproducían rápidamente, y porque al ser anfibios pertenecían a dos mundos, criaturas tanto de la tierra como del agua.”
8.7-11 Y los encantadores hicieron lo mismo…
Aquí se cumplió la promesa anterior de Dios (Éx. 7.1). Como profeta de Dios, Moisés recibió la petición de Faraón. Orad: “Una palabra inusual, que significa ‘interceder’, la primera ocasión en la que el Faraón se conmovió realmente y en la que hace una promesa de dejar ir a Israel, una promesa que no cumple. No se podía matar a las ranas debido a su carácter sagrado y, sin embargo, un número tan grande de ellas sería repulsivo debido a su repugnancia, especialmente porque la limpieza era una marca particular de los egipcios”
8.12-15 Entonces salieron Moisés y Aarón de con Faraón…
Faraón cedió bajo esta plaga. Él promete que dejará ir al pueblo. Quienes desafían a Dios y la oración, temprano o tarde, tendrán que entender que los necesitan. Pero cuando Faraón vio que había alivio, endureció su corazón. Mientras el corazón no sea renovado por la gracia de Dios, no durarán los pensamientos provocados por la aflicción; las convicciones se desgastan y se olvidan las promesas formuladas. Mientras el estado del aire no cambie, lo que se deshiela al sol volverá a congelarse en la sombra.
TEXTO ÁUREO:
Éxodo 8.6
Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto.
LUCES DEL TEXTO ÁUREO
Faraón está plagado de ranas; la enorme cantidad de ellas las hizo plagas irritantes para los egipcios. Dios podía haber infestado Egipto con leones, osos, lobos o aves rapaces, pero Él eligió estas criaturas despreciables. Cuando le place, Dios puede atacarnos con las partes más pequeñas de su creación. De esta manera humilló a faraón. No podían con él, comer ni dormir tranquilos; donde estuvieran, eran molestados por las ranas. La maldición de Dios sobre un hombre lo perseguirá donde quiera que vaya y le pesará en todo lo que haga. Faraón promete que dejará ir al pueblo. Quienes desafían a Dios y la oración, temprano o tarde tendrán que entender que los necesitan. Pero cuando faraón vio que había alivio, endureció su corazón. Mientras el corazón no sea renovado por la gracia de Dios, no durarán los pensamientos provocados por la aflicción; las convicciones se desgastan y se olvidan las promesas formuladas. Mientras el estado del aire, no cambie, lo que se deshiela al sol volverá a congelarse en la sombra.
PREPARACIÓN DE LA LECCIÓN
Punto Histórico
Tiempo:
Escrito entre 1445-1405 a.C. Acontecimientos 1491 a.C.
Lugar:
De composición, en el desierto del Sinaí y las llanuras de Moab, Suceso: en Egipto
Diccionario Bíblico
Ranas
Los egipcios pensaban que, así como las ranas surgían del agua, también la vida surgía del agua. En Egipto, una de las principales diosas era Heqet, símbolo de la fertilidad y la abundancia. Se la representaba con cuerpo de mujer y cabeza de rana. Las plagas que Dios envió a Egipto a través de Moisés y Aarón tenían el propósito de desacreditar a esos dioses y demostrar el poder del Dios de los hebreos sobre el origen y la vida de las personas.
Verdad Central.
Dios ordenó a Moisés que advirtiese a Faraón del juicio que se venía sobre él, en caso de que continuara resistiendo Dios ordena a Moisés de que diga a Aarón que desencadene la segunda plaga. Innumerables ranas invaden el país, y los egipcios se ven incapaces de detener su avance. Los magos imitaron por permisión de Dios (v.7), pero no pudieron retirar las que Dios había enviado. Faraón cedió al principio bajo esta plaga y ruega a Moisés que interceda y promete dejar marchar al pueblo de Israel, pero viendo que le habían dado reposo, agravó su corazón y no cumplió su promesa como había dicho.
Doctrina de la Lección.
Siete días más tarde de la primera plaga, una multitud de ranas salió de las insalubres aguas de Egipto (Éx.8.6), para morir al día siguiente (Éx.8.10). Su hedor se sumó al de los peces muertos por la plaga anterior (Éx.7.21; Éx.8.14). Si bien es cierto que Faraón prometió a Moisés liberar a Israel si hacían que las ranas se fueran, no cumplió su palabra cuando se vio libre de ellas, antes su corazón se endureció más (Éx.8.15).
BOSQUEJO: “La Segunda Plaga”
Propósito:
Enfatizar que Dios envió plagas para humillar el orgullo del rey y castigar su insolencia y que los magos imitaron la plaga por permisión divina.
Enseñanza Toral:
Los hombres impíos nunca cumplen su palabra, a pesar de que experimentan el poder de Dios. El Señor a su tiempo los juzgará por haberlo tenido en poco. Mientras el corazón no es regenerado, las impresiones producidas por la aflicción no perduran, las promesas se olvidan, los impenitentes abusan de la paciencia de Dios.
Introducción:
Habiendo pasado la primera plaga y ante la insensibilidad del rey a la voz de Dios de dejar salir libre a su pueblo para que le sirva, el Señor ordenó a Moisés que ejecute el segundo de los prodigios que consistirá en hacer venir ranas en grandes multitudes, cubriendo así toda la tierra de Egipto.
I. Las Ranas, vv. 1-6
a) Siete días después de la primera plaga. Dios envió un nuevo mensaje al rey Faraón “deja ir a mi pueblo para que me rinda culto. Dios nunca negocia sus exigencias, una y otra vez se lo repitió, no descansó hasta hacerlo ceder a Su voluntad. Dios nunca cambio su petición, aunque faraón siempre mostró dureza, rebelión, desobediencia, Dios siempre mantuvo su palabra. La palabra que Él ha hablado, es inmutable y no importa que el hombre se muestre desobediente, rebelde o blasfemo, pero Dios no cambiará sus exigencias de lo que ha hablado. El evangelio de Jesucristo dice que todo aquel que en Él cree, será salvo. Él es el camino, sólo hay un mediador, la salvación sólo se alcanza por creer en Jesucristo. Los hombres quieren negociar con Dios y tratan de cambiar su Palabra, por sus voluntades e ideologías. Esto no es posible porque la Palabra de Dios es inmutable. Uno tiene que acatar Su Palabra y esto es lo que el faraón no quería hacer.
b) Un mensaje con advertencia. En obediencia al mandato de Dios Moisés se presentó delante del rey con su hermano Aarón, haciéndole saber que el Señor le ordena liberar a Su pueblo Israel para que le sirva, de no hacerlo, el país de Egipto seria herido con plagas de ranas como nunca jamás visto, pues cubrirán hasta el último rincón de su reino. Estas entrarán en casa del rey, en su recamara, subirán a su cama, entrarán en sus hornos y en las vasijas donde amasaban el pan. También sus siervos y su pueblo tendrían que soportar la presencia de estos anfibios en sus casas. Jamás en la historia de la vida del rey había oído hablar de la presencia de tan grandes ranas, de modo que no creyó al mensaje divino, pero si se burló de Dios y de Moisés, porque le pareció imposible. Dios cumplió con su palabra y al instante de que Aarón extendió su vara sobre el río Nilo, sobre los arroyos y estanques, infinidad de anfibios dejaron su natural habitación e invadieron la tierra seca de Egipto y la llenaron, su horripilante presencia, se hizo sentir por dondequiera, sin respetar ni aun los palacios del rey, sus siervos y de sus súbditos.
c) Una diosa egipcia llamaba Heqet. La consideraban diosa de la fertilidad y la representaban con la imagen de una mujer que tenía cabeza de rana, por eso para el egipcio las ranas eran sagradas porque le recordaban a su diosa Heqet. En la mitología de los egipcios creían que esta diosa estaba casada con un dios que se llamaba Khum y era el dios que había creado a los seres humanos que solo les había dado cuerpo y era la diosa rana que les trasmitía la vida a esos cuerpos que su esposo había creado. También creían que la diosa Heqet, daba a la mujer egipcia la fortaleza en el momento de dar a luz. Los elementos que se relacionaban con la vida, la fertilidad, el nacimiento, los egipcios lo relacionaban con esta diosa. Para los egipcios las ranas eran sagradas. De manera que las plagas de las ranas serían contra esta diosa, misma que quedaría quebrantada, derrumbada su poder y su absoluta incompetencia para proteger o intervenir en favor nadie. Jehová Dios es el Supremo Creador, Autor y Dador de Vida, digno de toda honra y gloria.
II. El Falso Arrepentimiento de Faraón, vv. 7-11
a) Los magos imitaron la plaga de las ranas. De momento el rey se sintió asombrado del poder del Dios de Israel, más pronto su orgullo se sobrepuso y ordenó a sus encantadores, demuestren a Moisés que ellos pueden hacer lo mismo y que sus dioses son muy poderosos. Los magos de faraón que también habían convertido sus varas en serpientes, y el agua en sangre, ahora también produjeron ranas, para comprobar que nada había de sobrenatural en esta plaga pues hicieron lo mismo con sus encantamientos. Al ver esto, el rey se fue a su casa sin haber hecho caso a Moisés y seguro que sus falsos dioses lo ayudaban. Al llegar a su casa se encontró con la sorpresa desagradable de que todos los rincones de su casa había ranas. Aquí estaba operando el misterio de iniquidad, que consiste en la imitación que satanás hace, de lo que Dios hace, tratando de confundir a las personas que el Dios de los hebreos es el mismo que el de los egipcios y del mundo, para que las personas se vuelvan incrédulas. El diablo nunca dirá lo que es, ni se presentará como es, sino como un ángel de luz, al igual que todos los falsos obreros y la gente cree y se va tras él, hoy muchos piensan que todos somos iguales. Jannes y Jambres no pudieron retirar las ranas, sólo hicieron más ranas. Satanás no puede detener las consecuencias del pecado sólo puede multiplicarlas y las se seguirá reproduciendo más y más. Su táctica es que imitando lo que Dios hace, anula la señal, lo cual es imposible.
b) La petición del rey. “Rueguen al Señor. A pesar de su orgullo, el rey mandó de inmediato por Moisés y Aarón suplicando, oren a Jehová para que quite las ranas de mi tierra, son insoportables y dejaré ir al pueblo para que sacrifique a Jehová. Moisés le respondió para que conozcas que mi Dios es Omnipotente, determina para cuando debo rogar por ti a Dios para que quite las ranas y queden sólo en el río. El rey le respondió mañana. Moisés le respondió, así será hará como pides, para que sepas que no hay otro como Jehová nuestro Dios. Los egipcios creían que cada pueblo tenía su propio Dios y sólo las personas de ese pueblo tenían acceso a ese dios para hacer esta petición. Según faraón sólo un israelita podía pedir a Dios retire las ranas pues él las hizo venir. Dios no le complace los sacrificios, ni era su voluntad, él quería misericordia y que su pueblo fuera libre y ya no fuera tratado inhumanamente. Dios le complace la verdad y la libertad plena. Solamente la verdad que es Cristo, hará libre al pecador del yugo de servidumbre.
c)Dios sabía que faraón estaba mintiendo y que cambiaría de opinión. Pero accedió porque Dios quiere enseñarnos que los dioses de los pueblos no son más que ídolos, y que cada plaga es una señal contra cada uno de los dioses egipcios carentes de poder. A la oración de Moisés, Dios quitaría la plaga de ranas. Era necesario que el rey conociera a Dios, como es, Dios Vivo y Verdadero. El destruye las supersticiones, Jesucristo vive porque resucitó de la muerte. Moisés cada día conoció más a Dios y entendió sus propósitos. En la medida que conocemos más a Dios cada día entenderemos mejor Su voluntad.
III. El Clamor de Moisés, vv. 12-15
a) A Dios. Una vez que Moisés y Aarón salieron de la casa del rey de Egipto, oró a Dios rogando quite todas las ranas de la tierra de los egipcios para que vean el poder de Dios y los dejen como pueblo salir en libertad. Así como Moisés clamó, clamemos al Señor (Jer.33.3)
b) Contestada. Dios contestó la oración de Moisés y las ranas comenzaron a morirse en las casas y los campos, excepto las que estaban en lo río. Por la mañana el rey se levantó y miró un nuevo espectáculo la tierra estaba llena de ranas muerta. En seguida ordenó que fuesen recogidas y arrojadas muy lejos. En obediencia, los egipcios hicieron como les fue ordenado, juntaron por montones las ranas muertas por varios días, soportando la pestilencia de las ranas que se pudrieron, era tanto el hedor, que los egipcios quedaron humillados sin ganas de ver a su diosa Heqet. El Señor está sobre todos los dioses de las gentes. Él siempre oye y responde (1º R.18.37-39) por eso le amamos (Sal.116.1, 2).
c) El rey olvidó su promesa. Lejos de que el rey faraón cumpliera su palabra, falto e hizo nula su promesa. Al verse libre de la segunda plaga, no dejó salir al pueblo de Dios de Egipto, lo cual lo llevó al siguiente castigo Divino. Muchas personas mientras están sufriendo por sus pecados, hacen promesas de reforma y obediencia, las cuales después se olvidan y así Faraón, cuando vio que hubo alivio de esta plaga volvió a endurecerse. El hombre no regenerado por el Señor, sus promesas hechas en momentos de apuros se olvidan. Toda promesa que se hace a Dios, debe cumplirse fielmente (Ecl.5.4, Dt.23.21, 23).
Conclusión:
Sólo Dios puede quitar toda clase de mal. Los hombres que tienen el poder como el Faraón de Egipto, se niegan a reconocer el poder de Dios porque su corazón está lleno de orgullo. Pidamos a Dios que quite de nuestro corazón la altivez, la arrogancia y que nos guarde del mal.
CATECISMO MAYOR
Pregunta 150
¿Son igualmente detestables en sí mismas a la vista de Dios, todas las trasgresiones de sus mandamientos?
Todas las trasgresiones de la ley de Dios no son igualmente detestables, para algunos pecados en sí mismos, y por razón de varias circunstancias agravantes, son más detestables que otras a la vista de Dios.[1]
[1] Esd.9.14; Jn.19.11; Ez.8.6, 13, 15; 1 Jn.5.16; Sal. 78. 17,32, 56.
APLICACIÓN DE LA LECCION
ANÁLISIS SINTÉTICO | “La Segunda Plaga” Éxodo 8.1-15
1. El anuncio de la segunda plaga
2. El alcance de la segunda plaga
3. la falsedad de Faraón
4. La oración de Moisés
5. Faraón vuelve a endurecer su corazón
Cuestionario
1. ¿Cuál fue la segunda plaga?
2. ¿Qué representaban las ranas para los egipcios?
3. ¿Pudieron los encantadores eliminar la plaga?
4. ¿Qué hizo Faraón al verse afectado personalmente por las ranas?
5. Después de la eliminación de las ranas, ¿qué hizo Faraón?
Enseñanzas Prácticas
1. Las ranas eran animales sagrados para los egipcios, ellos portaban amuletos con figuras de estas. Sin embargo, nada pudieron hacer para detener el juicio de Dios. La idolatría es una insensatez, porque los ídolos no pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder (Jeremías 10.5).
2. Muchos como Faraón dan muestras de arrepentimiento cuando sufren las consecuencias de sus pecados, pero nunca se apartan de sus maldades. Hermanos amados, confirmémonos en la Palabra de Dios.
ILUSTRACIÓN. Juicio contra los dioses en forma de ranas
Las ranas eran consideradas una manifestación de Heqet, diosa de los nacimientos y esposa del creador del mundo. Era representada con cabeza de rana y cuerpo de mujer. Además, la corte de Hapi, mencionado anteriormente, incluía dioses cocodrilos y diosas ranas. Y los tres dioses principales: Nun, Kek y Heh, eran representados como hombres con cabezas de ranas. Las ranas se consideraban sagradas en Egipto porque vivían en dos mundos, en el agua y en la tierra. Tan sagradas eran para los egipcios, que incluso el pisar accidentalmente una de ellas podía ser castigado con la muerte. Note la gran ironía aquí. Se suponía que Heqet era la diosa que controlaba los nacimientos, ¡pero durante esta plaga millones y millones de ranas desbordaban el territorio y su reproducción era milagrosa! Matar a una rana al pisarla por accidente acarreaba una condena de muerte, pero ¿cómo podían evitar algo así cuando el suelo estaba completamente cubierto de una masa de ranas viscosas y chillonas? Había ranas en el suelo, en sus casas, camas, hornos y platos. No hay poder que pueda igualarse al de nuestro Dios, Jehová de los ejércitos; sin embargo, hay muchas personas que no se doblegan verdaderamente a Él, como fue el caso de Faraón.