“La Iglesia Floreciente”
MATERIAL BÍBLICO
1. Lecturas Diarias
Domingo El ungido de Dios florecerá. Salmo 132
Lunes La tienda de los rectos florecerá. Proverbios 14.1-16
Martes Hombres de grande eficacia. 1º Crónicas 9.1-13
Miércoles Eficacia a prueba. 2ª Corintios 8.1-9
Jueves Poder para con nosotros. Efesios 1.15-23
Viernes Demostración de Espíritu y poder. 1ª Corintios 2
Sábado El justo florecerá. Salmo 92
2. Lectura Devocional:
Hechos 17.1-9
PASAJE IMPRESO:
1ª Tesalonicenses 1.1-6
1 Pablo, y Silvano, y Timoteo, a la iglesia de los Tesalonicenses que es en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz a vosotros de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
2 Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones;
3 Sin cesar acordándonos delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, y del trabajo de amor, y de la tolerancia de la esperanza del Señor nuestro Jesucristo:
4 Sabiendo, hermanos amados de Dios, vuestra elección:
5 Por cuanto nuestro evangelio no fue a vosotros en palabra solamente, mas también en potencia, y en Espíritu Santo, y en gran plenitud; como sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros.
6 Y vosotros fuisteis hechos imitadores de nosotros, y del Señor, recibiendo la palabra con mucha tribulación, con gozo del Espíritu Santo:
COMENTARIO BÍBLICO
1:1, 2 Pablo, y Silvano, y Timoteo… Donde quiera que los siervos de Dios vayan, siempre tendrán memoria de los hermanos en sus oraciones, este es una gran labor que los ministros no deben descuidar, pues es parte importante en el cumplimiento del ministerio que nos ha sido encomendado. El apóstol Pablo, Silas y Timoteo, se complacen en saludar a la Iglesia y confortarlos con esta hermosa promesa que están orando por ellos.
1:3,4 Sin cesar acordándonos delante del Dios… Es grato saber que estamos en la memoria de los siervos de Dios, por el arduo trabajo que realizamos en la bendita obra de Dios, pues debemos hacerlo con amor y dedicación y aun cuando ellos no lo mencionen, tenemos de Dios nuestra recompensa eterna en los cielos. No dejemos nuestra labor hermanos amados, sigamos trabajando incansablemente hasta que el Señor venga y nos lleve a su gloria eterna.
1:5,6 Por cuanto nuestro evangelio… Sabemos en quien hemos creído y no dudamos que somos salvos por la gracia de Jesucristo, quien tuvo a bien morir por nosotros en la cruz del calvario, así que nada ni nadie nos puede separar de su amor, por consiguiente, hemos recibido su Espíritu Santo que nos sostiene, nos consuela y alienta, de manera que permaneceremos por su gracia infinita que mora en nosotros y nos sostendrá por siempre.
TEXTO ÁUREO:
1ª Tesalonicenses 1.5
“Por cuanto nuestro evangelio no fue a vosotros en palabra solamente, mas también en potencia, y en Espíritu Santo, y en gran plenitud; como sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros.”
LUCES DEL TEXTO ÁUREO
El que Dios hiciera que nuestra predicación entre vosotros fuese atendida con tal poder, es la prueba de que vosotros sois la elección de Dios; en la potencia y en la eficacia de que el Espíritu Santo enviste de poder (Hch. 1.8; Ro. 1.16) “Porque no me avergüenzo del evangelio: porque es potencia de Dios para salud a todo aquel que cree; al judío primeramente y también al griego”. Así como la potencia produce fe, así produce el Espíritu Santo el amor y mucha confianza, plena convicción y esperanza que se posa sobre la fe (Col. 2.2) “Para que sean confortados sus corazones, unidos en amor y en todas riquezas de cumplido entendimiento para conocer el misterio de Dios y del Padre y de Cristo”. El propósito indicado en esto no es tanto el de los Apóstoles, como el de Dios. Vosotros sabéis lo que Dios nos permitió ser; cuán poderosos en predicar la Palabra, por amor de vosotros probando por ella que Él os ha elegido para ser suyos. Aún cuando el Apóstol estuvo en Tesalónica un corto tiempo, conmovió profundamente a la ciudad. Sus enemigos le acusaron de trastornar el mundo; pero por gracia de Dios creyó gran multitud de los griegos piadosos y no pocas mujeres nobles (Hch.17.4). “Y algunos de ellos creyeron y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos religiosos grande multitud, y mujeres no pocas”.
PREPARACIÓN DE LA LECCIÓN
Punto Histórico
Tiempo:
En el año 51 d. C. Aproximadamente
Lugar:
En la ciudad de Atenas.
Diccionario Bíblico
Potencia:
Capacidad para ejecutar algo o producir un efecto. Poder y fuerza, especialmente de un Estado. Persona o entidad poderosa o influyente.
Plenitud:
Totalidad, integridad o cualidad de pleno. Momento mayor, principal o culminante de algo.
Verdad Central.
Pablo tiene gratitud en su corazón al mencionar a los que colaboran en la fundación de la Iglesia en Tesalónica: Silvano o Sílas y a Timoteo y lo hace por deferencia y afecto personal. Una Iglesia fundada sobre la fe en Dios el Padre y en Jesucristo el Señor y que subsiste en su comunión y que vive la fe, el amor, la esperanza que se consideran elementos esenciales de la vida cristiana.
Doctrina de la Lección.
En 1ª Tesalonicenses 1.1-6 se mencionan, por lo menos, cuatro características de una iglesia floreciente: 1) hace obras impulsada por la fe (Gá. 5.6; Stg. 2.17-18), 2) trabaja por amor (He. 6.10; comparar con Ap. 2.4-5), 3) Mantienen viva la esperanza (Tito 1.2; 1Jn. 3.3)., 4) Soportan la persecución (1ª Ts.1.6; Hch. 17.5-9 comparar con Mateo 13.20-21). Una iglesia así, debe ser motivo de gratitud a Dios, no de vanagloria, por parte de quien la ministra (1ª Ts.1.2; Fil 1.3-6).
BOSQUEJO:
“La Iglesia Floreciente”
Propósito:
Enseñar que el apóstol Pablo dio gracias a Dios por los tesalonicenses ya que eran una iglesia próspera por la potencia del Espíritu Santo. Para que los hermanos pidamos en oración la bendición del Espíritu del Señor en nuestra vida y ministerios.
Enseñanza Toral:
La predicación del evangelio tuvo frutos en Tesalónica por el poder del Espíritu Santo; Él dio a la iglesia fe y amor para servir; tolerancia para esperar al Señor; consuelo y gozo en las tribulaciones.
Introducción:
Tesalónica, ciudad portuaria de Macedonia, próspera y cosmopolita, en la actualidad se llama Salónica. El apóstol Pablo, Silas y Timoteo llevaron el evangelio a este lugar en el segundo viaje misionero. Poco tiempo después, alrededor del año 51 d.C., San Pablo escribió la primera carta a los tesalonicenses.
I. Es Motivo de Gratitud, vv. 1-2
a) De los siervos del Señor. Pablo (pequeño), en esta carta no agregó la palabra apóstol, porque los tesalonicenses no tenían duda de su autoridad apostólica. Silvano (de la selva), también conocido como Silas (pequeño Saúl), miembro de la iglesia de Jerusalem (Hch. 15.22), ciudadano romano, (Hch. 16.38), llevó la carta del concilio de Jerusalem a Antioquía (Hch. 15.22, 23), misionero en sustitución de Marcos (Hch. 15.36-41). Timoteo (temeroso de Dios), de Listra en Asia menor, hijo de un griego y una judía llamada Eunice (Hch.16.1; 2 Tim. 1.5), compañero de viajes de san Pablo, muy estimado por el apóstol (Filipenses 2.19-22). Silvano y Timoteo acompañaron a Pablo para llevar el evangelio a Tesalónica por eso son mencionados en la epístola (Hch. 17.1-10).
b) Y bendición. El apóstol Pablo saludó a los tesalonicenses con la bendición que solía dar: “gracia y paz”. Son palabras hermosas porque nos recuerdan que el don inmerecido de la salvación produce la paz del perdón de nuestros pecados y de la presencia del Señor en nuestra vida. La gracia y la paz proceden de nuestro Padre y del Señor Jesucristo por su amor infinito.
c) En oración. Los siervos de Cristo siempre daban gracias a Dios al recordar a los hermanos en sus oraciones; ellos conservaban gratas memorias de los tesalonicenses, por eso oraban con agradecimiento. Orar por la iglesia de Jesucristo y predicar la Palabra de Dios son labores esenciales de los ministros del Señor (Hch. 6.4).
II. En la Eficacia de su Labor, vv. 3-4
a) Con fe y amor. Pablo y sus colaboradores no dejaban de acordarse de la obra de fe y del trabajo de amor de los tesalonicenses. La obra o el quehacer es la evidencia de la fe viva en Jesucristo como nuestro Salvador, porque es la obediencia a su Palabra (Santiago 2.14-18). El trabajo cristiano debe realizarse motivado por el amor a Dios y a nuestros semejantes, de otra manera carece de utilidad (1 Co. 13.3).
b) Con tolerancia. La iglesia de Tesalónica también mantenía tolerancia, es decir, resistencia en la esperanza del Señor Jesucristo. Los hermanos creían con firmeza en el regreso de Cristo por su iglesia, no desmayaban, aunque otras personas negaran y se burlaran de esta doctrina.
c) Por su elección. Pablo dijo a los tesalonicenses que eran amados de Dios y que conocía su elección. Nuestra salvación se basa en la elección incondicional del Señor, por eso es segura, ya que Dios no miente, ni se arrepiente (Números 23.19). Somos cristianos porque fuimos escogidos por el amor, misericordia, voluntad y gracia del Señor, por lo tanto, debemos ser humildes, no tenemos nada de qué jactarnos.
III. En el Poder del Espíritu Santo, vv. 5-6
a) En el evangelio. San Pablo predicó el evangelio en Tesalónica con potencia del Espíritu Santo, además, lo hizo con seguridad y amor. Por esta razón muchas personas fueron convertidas a Cristo. El poder del Espíritu de Dios hace que la evangelización y los otros ministerios sean fructíferos; por lo tanto, debemos orar para que Él nos conceda su virtud.
b) En mucha tribulación. Los tesalonicenses imitaron el ejemplo de los misioneros y del Señor Jesucristo, ya que recibieron la Palabra de Dios con mucha tribulación (Hechos 17.1-10). Dios permite momentos de persecución porque a través de ella los cristianos damos evidencia de la realidad de Jesucristo y de nuestra fe en Él. Si Cristo fuera falso, la iglesia no sufriría, ni daría la vida por Él.
c) Con gozo. El apóstol Pablo nos da testimonio del gozo de la iglesia de Tesalónica, en medio de la tribulación. La alegría de los hermanos procedía del Espíritu Santo, porque Él daba consuelo a sus corazones (Juan 14.16, 26). En los momentos de persecución podemos gozarnos porque no estamos solos el Espíritu de Dios nos acompaña y fortalece.
Conclusión:
Busquemos la llenura del Espíritu Santo a través de las ordenanzas de Cristo (oración, Palabra de Dios, alabanzas, sacramentos, ayunos) para ser una iglesia floreciente que glorifique a nuestro Redentor y sea buen ejemplo a muchos cristianos.
CATECISMO MENOR:
Pregunta No. 56
¿Cuál es la razón determinante del tercer mandamiento?
La razón determinante del tercer mandamiento es, que por más que eviten los infractores de este mandamiento el castigo humano, el Señor nuestro Dios no les dejará escapar de su justo juicio. Dt. 28.58, 59; 1º S. 3.13; 1º S. 4.11.
Explicación:
El chantaje y la venalidad tan comunes entre los juzgados humanos, no caben en Dios. A aquellos, los infractores pueden presionarnos, comprarlos o evadirlos, pero jamás podrán hacerlo con Dios. Muchos infractores de las leyes humanas pueden huir a otras partes, lejos de su residencia donde cometieron su delito, y esperar que su caso prescriba para volver, con la seguridad de que no serán molestados, pero del juicio de Dios no lograrán escapar. El dará el pago a cada uno según sus obras.
ANÁLISIS SINTÉTICO / “La Iglesia Floreciente”
1 Tesalonicenses 1.1-6
1. En el estado espiritual
2. Por la predicación del Apóstol Pablo
3. A pesar de la oposición
4. Por las oraciones
5. Por el poder del Espíritu Santo
Cuestionario
1. Orar, ¿nos permite hacer qué?
2. ¿Cada qué tiempo se acordaba el Apóstol de los hermanos?
3. ¿De quién son amados los hermanos?
4. ¿Qué verdades afirma el Apóstol en nuestro texto?
5. ¿Cómo recibieron el Evangelio los Tesalonicenses?
Enseñanzas Prácticas
1. Cuando el Evangelio llega a un lugar o región y los primeros convertidos, instruidos en base a su experiencia personal con Cristo, se da a la tarea de proclamar o difundir esa experiencia de inmediato, la Iglesia crece.
2. El Evangelio proclamado, no sólo por los siervos de Dios, sino también por los demás elegidos, coayudan a que muchos oigan este mensaje y el Espíritu Santo los convenza de su estado pecaminoso y se conviertan a Cristo.
ILUSTRACIÓN. No lo que se ve, sino lo que se siente
El gran pintor francés Millet dijo una vez: El secreto del arte verdadero es pintar lo que no se ve. Un día invité a un pintor amigo para que considerara un cuadro suyo, pequeño, que había pintado recientemente y que representaba una escena rústica —un sendero en el campo con unas flores silvestres que crecían en la hierba a la vera del camino—, y le pregunté: —¿Qué te dice esto a ti? El artista amigo estudió el cuadro durante unos minutos y luego dijo: —No sé bien lo que veo, pero sí oigo un ruiseñor. No es el edificio hermoso, o los vidrios de colores, o las bancas cómodas, ni aún la música del gran coro, lo que hace ver hermosa a una iglesia. Es la vida de sus miembros, su crecimiento y obra del Espíritu Santo en cada uno de ellos.