Lección 41, Octubre 09 de 2022
- Admin
- 6 oct 2022
- 4 Min. de lectura
PARA LOS NIÑOS: “Jacob Huye a Padan-aram”
Propósito:
Enseñar a los niños que Dios guía a los creyentes y los protege, como lo hizo con Jacob.
Introducción:
Por los problemas tan serios que tuvieron Isaac y Rebeca con sus nueras, las mujeres de Esaú, que les fueron amargura de espíritu, así dice la Biblia (Gn.26.34-35 y 28.8-9). Decidieron aconsejar a su hijo Jacob para que no tomara una mujer cananea, sino que fuera a la tierra de su madre, en busca de esposa. Los padres tienen la responsabilidad de aconsejar a los hijos para que no cometan errores que puedan afectarles el resto de sus vidas. La Biblia aconseja sabiamente que los hijos de Dios, no deben unirse en matrimonio con los infieles (2 Cor.6.14).
I. Por Instrucción de su Padre, vv. 1-5
Isaac instruye a Jacob en cuanto a la elección de esposa, le dice que no sea cananea; sino que debe ser una de las hijas de Labán, hermano de Rebeca (recordemos que antiguamente era permitido que se casaran entre parientes); por lo que Jacob debía ir a la casa de su abuelo Bethuel en Padan-aram. Ya no es un criado fiel el que va en busca de la esposa apropiada como en el caso de Isaac. Ahora es el mismo Jacob el que debe ir a buscar esposa. Isaac como padre lo encomienda al cuidado del Dios Todopoderoso, quien es el que ha de hacer prosperar a Jacob hasta llegar a ser una nación poderosa. Por último, Isaac transmite la bendición patriarcal a Jacob, que consiste en la posesión de la tierra prometida. Aquí se combinan las responsabilidades humanas de conseguir la esposa apropiada y sobrevivir con las bendiciones divinas (protección, abundante descendencia y herencia de tierra). Así fue como Isaac envió a Jacob a Padan-aram, con Labán su tío.
II. Acrecienta la Rebeldía de Esaú, vv. 6-9
Cuando Esaú vio que Isaac había bendecido á Jacob, y le había enviado a Padan-aram a la casa de Bethuel su abuelo, para tomar esposa de las hijas de Labán; y que le había dado la indicación de no tomar mujer de las hijas de Canaán; y Jacob obedeciendo a sus padres, se había ido a Padan-aram. Esaú reconoce que las relaciones entre sus esposas y sus padres eran muy malas (Gn.26.34-35); por esta razón decide casarse con una de las hijas de Ismael, medio hermano de su padre. Desde el punto de vista de la promesa patriarcal, esta acción empeora aún más su condición ya que introduce en su familia, a la descendencia de Ismael, ignorando que Ismael no heredaría la promesa (Gn.17.19; 21.12). Esta acción aleja más a Esaú de la promesa a Abraham, es por eso que la historia bíblica de aquí en adelante solo habla de Jacob heredero de las promesas divinas.
III. Y Recibe la Confirmación del Pacto Divino, vv. 10-22
Jacob viaja de Beer-seba a Harán, en este viaje tiene su primer encuentro con Dios. Probablemente el viaje lo hacía sólo y a pie, como ya era de noche Jacob se acuesta usando una piedra como cabecera para dormir, y Dios se le manifiesta en un sueño donde ve una escalera que une la tierra con el cielo y ángeles subiendo y bajando. También ve a Jehová en lo alto de la escalera, el cual le dijo: “Yo soy Jehová, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia, la que será tan abundante como el polvo de la tierra, y todas las familias serán benditas en ti y en tu descendencia. Yo estoy contigo y te protegeré donde quiera que fueres y regresaras a esta tierra. Al despertar Jacob dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo. Después de esto Jacob se levantó de mañana y tomó la piedra (que puso de cabecera), y la alzó como un pequeño monumento, derramó aceite sobre ella y llamó el nombre de ese lugar Beth-el (casa de Dios). Y dijo Jacob: “Si Dios fuere conmigo, y me cuidare en este viaje, me sustentare con pan y vestido; y me concediere regresar en paz a la casa de mi padre, Jehová será mi Dios, y esta piedra que he puesto, será casa de Dios: y de todo lo que me diere, el diezmo lo he de apartar para Él”.
Conclusión:
Niñitos esta lección nos deja grandes enseñanzas: 1) Los creyentes no pueden unirse en matrimonio con los incrédulos. 2) En nuestros días Dios ya no utiliza los sueños para revelar su voluntad o dar un mensaje de los cielos, porque todo lo que quiso revelarnos está en las Sagradas Escrituras. 3) Debemos dar todo el reconocimiento a Jehová nuestro Dios, por su protección y sustento; entregando siempre el diezmo de todas nuestras posesiones como lo hicieron en el tiempo antiguo los patriarcas.
CATECISMO INFANTIL:
Pregunta No. 10
¿En dónde está Dios?
Respuesta:
Dios está en todas partes.
