“Normas para un Hogar Feliz”
MATERIAL BÍBLICO
1. Lecturas Diarias
Domingo Hogar de Noé. Génesis 6.8-19
Lunes Hogar de Abraham. Génesis 12.1-8
Martes Hogar de Job. Job 1.1-8
Miércoles Hogar de Josué. Josué 24.1-15
Jueves Hogar de Booz. Ruth 4.13-22
Viernes Hogar de Elcana. 1º Samuel 1.1-11
Sábado Hogares hechos por Dios. Salmo 68.1-6
2. Lectura Devocional:
1ª Pedro 3.1-9
PASAJE IMPRESO:
Colosenses 3.18-4.1
18 Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
19 Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis desapacibles con ellas.
20 Hijos, obedeced a vuestros padres en todo; porque esto agrada al Señor.
21 Padres, no irritéis a vuestros hijos, porque no se hagan de poco ánimo.
22 Siervos, obedeced en todo a vuestros amos carnales, no sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo a Dios:
23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Señor, y no a los hombres;
24 Sabiendo que del Señor recibiréis la compensación de la herencia: porque al Señor Cristo servís.
25 Mas el que hace injuria, recibirá la injuria que hiciere; que no hay acepción de personas.
4.1 Amos, haced lo que es justo y derecho con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis amo en los cielos.
COMENTARIO BÍBLICO
3:18,19 Casadas, estad sujetas… Un compromiso mutuo es lo que encontramos en esta porción de la Palabra de nuestro Dios, solo que se solicita en ese orden, sumisión primeramente a la esposa, lo que implica el respeto y la honra a su marido, mientras que el esposo se le encarga amar y por ende respetar a su esposa, es reciproco lo que se da en el matrimonio, pues solo así puede funcionar correctamente y traer los mejores resultados, en cada etapa de la vida, sobre todo tendrán su tiempo y espacio para cada uno, pero ya no más independientes el uno del otro, sino como uno solo.
3:20,21 Hijos, obedeced a vuestros… La obediencia siempre ha sido una exigencia para el éxito de nuestra vida, a los hijos se les manda obedecer a los padres en todo y honrarlos siempre, debemos esforzarnos por cumplir con lo ordenado por Dios, pues hay promesas de vida para los hijos fieles y vosotros padres deben generar las condiciones que se requieren para que los hijos con toda solicitud hagan conforme a lo que Dios ordena, no debe haber condiciones que provoquen la ira o el enojo en ellos.
3:22-4.1 Siervos, obedeced en todo a vuestros amos carnales… Tenemos también compromisos seculares, es decir que no tienen que ver con el hogar ni con la Iglesia, es a saber en los trabajos que diariamente se tienen que realizar para obtener el sustento de la familia, y aun allí Dios interviene, pidiendo que demostremos lo que somos cristianos cumpliendo fielmente. Por otra parte, a los amos se demanda también que como cristianos den buen trato a sus empleados sean cristianos o no, la regla es general para con todos. Lo que hagamos en la Iglesia como fuera de ella lo debemos hacer siempre en el mismo pensamiento que lo hacemos para el Señor y de Él recibiremos la recompensa.
TEXTO ÁUREO:
1ª Pedro 3.8
“Y finalmente, sed todos de un mismo corazón, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables.”
LUCES DEL TEXTO ÁUREO
Resumen general del deber relativo, después de haber detallado los deberes particulares. De un mismo corazón amante, tocante a la fe, compasivos, y los goces y penas los unos de los otros. Amándoos fraternalmente, amando a los hermanos; misericordiosos para con los afligidos. Amigables en la verdadera cortesía cristiana; no en la falsedad de la cortesía mundana; estampada con el amor no fingido por una parte, y con la humildad de la otra.
Cuando estas enseñanzas del texto se hayan cumplido en los alumnos de la Escuela Dominical y hermanos en general, las cosas van a ser muy distintas en la iglesia, creciendo en fe y armonía entre todos, para alcanzar la unidad de la iglesia en compañerismo de amor fraternal para poder ser de un mismo corazón como verdaderos hijos de Dios santos y amados, de manera que también nuestros hogares alcancen estas normas para llegar a ser hogares verdaderamente felices en donde el Señor Jesús pueda habitar y reinar entre nosotros.
PREPARACIÓN DE LA LECCIÓN
Punto Histórico
Tiempo:
61 al 63 d. C. Aproximadamente
Lugar:
En la ciudad de Roma, durante su primer encarcelamiento.
Diccionario Bíblico
Sujetas (sujetar):
Someter al dominio, señorío o disposición de alguien. Afirmar o contener algo con la fuerza.
Irritéis (Irritar):
Provocar ira o enfado. Molestar o incomodar activamente los sentimientos o miembros de alguna persona o grupo.
Amos carnales:
Quienes en los oficios y profesiones comunes tienen autoridad sobre nosotros; jefes.
Verdad Central.
El Apóstol reproduce aquí (v.18 hasta el cap. 4.1) los deberes de los diversos miembros de la familia que ha descrito en Ef. 5.22-6.9, esta sujeción de la mujer por cuanto es conveniente en el Señor. Al marido la autoridad, más una autoridad templada por el amor, ausente de todo proceder impropio esto hace fácil la sumisión. La voz traducida: “padres, no irritéis” (v. 21) significa provocar, excitar como en Efesios 6.4. La corrección a los hijos debe ser bíblica. Los deberes de los siervos o esclavos; hoy diríamos, trabajador, empleado etc. El apóstol eleva el pensamiento de esas personas tan desdichadas por su posición de sus amos según la carne, en Dios se encuadra la igualdad (no de género), el motivo supremo de todos los deberes.
Doctrina de la Lección.
Colosenses 3.18-4.1 provee, a los hijos de Dios, una serie de normas que le permitirán mantener buenas relaciones, en tres áreas de su vida: la conyugal (Col. 3.18-19), donde la esposa debe "someterse voluntariamente" a su marido, mientras que el esposo "debe evitar tratos ásperos" hacia ella; la filial (Col. 3.20-21), donde los hijos deben guardar el primer mandamiento con promesa (Ef. 6.2), es decir, honrar a sus padres, y donde los padres deben instruir a sus hijos con sabiduría, de manera que eviten irritarlos; y la laboral (Col. 3.22-4.1), donde los siervos (trabajadores) deben desempeñar su labor con honestidad, de buenas ganas, con sencillez de corazón, como al Señor; pero también los amos (patrones) deben tratarlos justamente, con respeto, con honra, sin abusar de su posición, de manera que exista siempre una buena relación con sus siervos.
BOSQUEJO:
“Normas para un Hogar Feliz”
Propósito:
Enseñar las normas que las Santas Escrituras establecen para los esposos, hijos, padres, trabajadores y jefes. Para tener hogares felices y fuertes en el Señor.
Enseñanza Toral:
La Palabra de Dios nos enseña lo siguiente: la sujeción de las esposas; el amor y buen trato de los maridos; la obediencia de los hijos; la aprobación y amor de los padres; el trabajo honesto y excelente de los siervos; y el trato justo de los jefes. Cumplir estos principios produce en hogar dichoso para la gloria de Dios.
Introducción:
A muchas personas no les agradan las normas, sin embargo, son necesarias para la buena marcha de todas las cosas. Por ejemplo, un partido de futbol sin reglas sería un caos y nadie lo disfrutaría. En esta lección conoceremos algunos principios para la familia y el trabajo.
I. En las Relaciones Conyugales, vv. 18-19
a) Sujeción. Las casadas deben estar sujetas a su marido, es decir, deben reconocerlo y obedecerlo como su cabeza. Dios estableció que el varón sea la cabeza de la mujer y de la familia, él es responsable de la vida espiritual y material de los miembros del hogar, por eso la esposa debe ser sujeta a su marido. La sujeción no significa inferioridad, el marido y la esposa son iguales en valor ante Dios; es un principio de orden para la buena marcha de la familia (Efesios 5.22-24; Gálatas 3.27, 28).
b) Para honrar al Señor. La mujer debe sujetarse a su esposo, porque le conviene en el Señor, por las razones siguientes: 1. De esta manera honra a Dios, el principal motivo de la sujeción es la obediencia al Señor. 2. La esposa que sujeta a su marido recibirá actos de amor de él. La sujeción produce amor práctico.
c) Amor. Los maridos deben amar a su mujer y no deben hacerla enfadar. El esposo debe expresar su amor con palabras, cuidados, atenciones, amabilidad, cortesía, provisión y ayuda a su mujer. El marido es cabeza para servir, proveer, cuidar y amar a su esposa; no para ejercer autoritarismo (Efesios 5.25-30). El varón debe amar a su mujer porque el Señor se lo pide y cuando lo hace recibe la honra de su esposa. La práctica de la sujeción y del amor produce un matrimonio de bendición.
II. En las Relaciones Filiales, vv. 20-21
a) Obediencia. Los hijos tienen la responsabilidad de obedecer a sus padres en todo. Las Escrituras en Efesios 6.1, aclaran que esta obediencia debe ser en el Señor, es decir, en todo lo que sea de acuerdo con las Santas Escrituras. Padres e hijos debemos guiarnos por los principios bíblicos porque son perfectos, permanentes y útiles para prosperar.
b) Para agradar al Señor. La obediencia de los hijos es agradable al Padre celestial por los motivos siguientes: 1. Honra y glorifica a Dios. 2. Es una manera de agradecer todo lo que los padres hacen por sus hijos. 3. Los librará de problemas y sufrimientos, ya que todo lo que sus padres les ordenan es para su bienestar. 4. Es buen testimonio para la iglesia y los inconversos.
c) Amor paternal. Los padres no deben irritar a los hijos para que no se desanimen. Los papás irritan a sus hijos cuando se muestran insatisfechos con todo lo que hacen y no les manifiestan su amor. Los padres deben expresar su amor a sus hijos con palabras, besos, abrazos y compañía, además de los cuidados, educación y sustento que ellos necesitan. Los hijos que reciben el amor de sus papás tendrán la motivación para estudiar y alcanzar la meta de Dios para su vida.
III. En las Relaciones Laborales, vv. 22-4.1
a) Servicio honesto. La Palabra de Dios manda a los esclavos obedecer a sus amos, la esclavitud era común en el primer siglo. En nuestros días esta orden se aplica a los trabajadores. Los cristianos tenemos la responsabilidad de laborar con honestidad. No debemos hacerlo sólo cuando el jefe nos vigila para ganarnos su favor, sino que debemos servir con integridad de corazón por temor a Dios, es decir, por respeto y obediencia a Él.
b) Excelencia en el trabajo. Los hijos del Señor también tenemos el deber de trabajar con ánimo, con disposición; como al Señor. Si tomamos en cuenta esta enseñanza, haremos un trabajo excelente, para la gloria de Dios. San Pablo nos recuerda que el Señor nos dará la compensación de la herencia, es decir, nos recompensará con bendiciones presentes y eternas. Pero, el que hace daños o agravios en su trabajo, recibirá lo mismo; ya que Dios no hace acepción de personas, Él también disciplina a sus hijos cuando es necesario (Proverbios 3.11, 12).
c) Trato justo. Los amos no pagaban a sus esclavos por los trabajos que realizaban, pero tenían el deber de tratarlos bien. En la actualidad los jefes cristianos deben proporcionar un salario justo y equitativo, así como generar ambientes de trabajo sano y agradable. Los jefes deben recordar que Dios es su amo en los cielos y que un día darán cuenta de sus actos, por lo tanto, deben comportarse con rectitud. El buen desempeño laboral, producirá muchas bendiciones para la familia.
Conclusión:
La Palabra de Dios establece reglas para disfrutar de una buena convivencia en la familia y en el trabajo. Sin embargo, los hombres han cambiado estas normas por sus ideas; ¿cuáles son los resultados? divorcios, familias destruidas y pobreza económica. Por eso es fundamental aprender los principios de las Escrituras y ponerlos en práctica.
CATECISMO MENOR:
Pregunta No. 53
¿Cuál es el tercer mandamiento?
El tercer mandamiento es: “No tomaras el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano”. Éx. 20.7; Dt. 5.11.
Explicación:
Dios se revela en las sagradas Escrituras con diferentes nombres que hacen referencia a sus atributos y perfecciones, pero que, de ninguna manera nos dan una imagen visible de su Persona. Los más usuales, son: Jehová, Dios, Señor, los cuales deben ser usados con profundo respeto y reverencia. Él es celoso de su nombre, y nos ordena en este tercer mandamiento a no usarlo sin necesidad y sí con temor. San Pablo al referirse a Él, dice: Si fuéremos infieles, el permanece fiel; no se puede negar así mismo” (2ª Ti. 2.13). Los judíos aprendieron esto y atendieron con sumisión a sus profetas que les entregaron el mensaje de Dios, diciendo: “Así dice Jehová”, y terminan, “porque la boca de Jehová lo ha dicho”.
ANÁLISIS SINTÉTICO / “Normas para un Hogar Feliz”
Colosenses 3.18-4.1
1. Que las casadas se sujeten a sus maridos
2. Que los maridos amen a sus mujeres
3. Que las mujeres respeten a sus maridos y viceversa
4. Que los hijos respeten a sus padres
5. Igualmente los padres a sus hijos
Cuestionario
1. Que las casadas se sujeten a sus maridos, ¿sería la primera?
2. Que los maridos amen a sus esposas, ¿sería la segunda?
3. Que los hijos obedezcan a los padres, ¿sería la tercera?
4. Qué los padres no irriten a los hijos, ¿sería la cuarta?
5. El respeto mutuo y recíproco, ¿sería la quinta norma?
Enseñanzas Prácticas
1. Las reglas, leyes o normas que encontramos en las Sagradas Escrituras, en relación al buen funcionamiento de los hogares cristianos, se debe empezar a aplicar, desde que la pareja se une en matrimonio; para que cuando los hijos lleguen, ellos sean ya maestros, listos para enseñar bien a sus hijos, desde la madrugada de sus vidas.
2. Si el padre y la madre no se pueden sujetar a las normas bíblicas, pero así enseñan teóricamente a sus hijos a que éstos se sometan a estos reglamentos, difícilmente esto funcione; no porque las normas sean insuficientes. Lo que pasa es que los hijos ven desde muy temprano las relaciones en el ámbito o sector en el que se desenvuelven los padres y ellos; y actúan como ellos actúan.
ILUSTRACIÓN. Buen consejo de matrimonio
El consejo de Felipe Henry a sus hijos con respecto al matrimonio era este: Agradad los dos a Dios; sean agradables el uno a otro y agradadme a mí. Cuando felicitaba a sus amigos recién desposados, les decía: Otros les desean muchas felicidades; yo les deseo a ustedes que vivan santidad, como lo ordena nuestro Dios, y de esta manera no habrá duda de que gozaran de felicidad tanto como esposos, padres y en todo ámbito de la vida.