PARA LOS NIÑOS: “Las Objeciones de Moisés”
Propósito:
Enseñar a los niños que Dios nunca nos encargará una encomienda, sin darnos antes la capacidad y el poder para hacerla.
Introducción:
Recordemos lo que le había sucedido a Moisés, cuarenta años antes, cuando se encontraba dispuesto a liberar a Israel, se dejaba arrebatar por la ira, había matado a un egipcio, liberando a uno de los suyos de la opresión que estaba sufriendo, porque pensó que su acción sería comprendida. Pensaba que él podía liberar a Israel por sus propios medios, pero descubrió que no, y entonces Dios le hizo dirigirse hacia un lugar lejano, en el desierto, para someterle a una preparación especial y adecuada para esa gran tarea. Fue así que llegó a darse cuenta de cuán débil era realmente, porque aprendió que no era capaz de liberar a Israel por sí mismo, y en esta lección veremos, cómo son presentadas las objeciones de Moisés.
I. La Incredulidad del Pueblo, vv. 1-9
Moisés seguía dudando que el pueblo lo aceptaría como portavoz de Dios. Así que Dios le dio tres señales, o milagros, para confirmar su éxito en esta comisión divina. 1. Su vara, al ser tirada a la tierra, se convertiría en una culebra. Tomada por la cola, la culebra se volvería vara en su mano. 2. Su mano, puesta en su seno, se volvería leprosa. La misma mano, puesta de nuevo en su seno, estaría libre de la lepra. 3. Las aguas del Nilo, derramadas sobre la tierra se volverían sangre. Estas señales fueron diseñadas para convencer al pueblo de Israel que Moisés había sido enviado por Dios. Estas señales hablaban del poder de Dios sobre Satanás (es decir, la culebra), sobre el pecado (ilustrado por la lepra) y el hecho de que Israel sería rescatado de ambos por sangre.
II. Su Escases de Elocuencia, vv. 10-12
Moisés se resistía a obedecer a Jehová, diciendo que era torpe de lengua. Dios le recordó a que Él había dado la boca al hombre, y había hecho al mudo, sordo, ciego y al que ve. El Señor tiene poder ilimitado sobre todos los sentidos, porque puede darlos y quitarlos; y Dios estaría en la boca de Moisés, para mostrarle lo que debía decir. Parece que el problema de Moisés no estaba tanto en el hablar sino en la falta de deseo de hacer lo que Jehová le pedía. El Señor le prometió estar en su boca y enseñarle lo que tendría que decir. La presencia divina no solo le acompañaría, sino que le daría poder de testificar eficazmente (Hch.4.31).
III. Su Falta de Voluntad, vv. 13.17
Al no querer ser Moisés portavoz de Dios, fue señalado Aarón su hermano, para hablar en su lugar. Dios le adelanta que Aarón saldría a recibirlo y se alegraría de verlo, Moisés tendría que darle el mensaje a su hermano y este lo transmitiría. Moisés debió haber obedecido a Dios, sabiendo que sus mandamientos serían su capacitación, porque Dios nunca nos manda hacer algo sin darnos la capacidad para hacerlo. Puesto que Moisés no estuvo satisfecho con lo mejor que Dios le quería dar, tuvo que aceptar una posición secundaria, es decir, al tener a alguien más como su portavoz. Moisés pensó que Aarón sería su ayuda, pero más tarde le fue de tropiezo al inducir al pueblo a adorar al becerro de oro Éxodo 32.
Conclusión:
Niñitos al final del encuentro, el Señor le mandó a Moisés que llevara la vara en su mano, con la cual haría las señales, porque Jehová le dijo que esa era una vara especial. Finalmente, Moisés se sometió a la voluntad del Señor y le obedeció, salió del monte para ir al pueblo de Israel a comunicarles el mensaje divino, aceptó su llamamiento y nunca más miró hacia atrás. Niñitos en esta lección aprendemos que Dios nunca nos mandará a hacer algo sin capacitarnos y darnos el poder para hacerlo.
CATECISMO INFANTIL.
Pregunta No. 60
¿Cuánto tiempo hace que Cristo murió?
Respuesta:
Hace más de mil novecientos años.