“Las Objeciones de Moisés”
MATERIAL BÍBLICO
1. Lecturas Diarias
Domingo: ¡Ay de mí que soy hombre de labios inmundos! Isaías 6.1-8
Lunes: He aquí no se hablar porque soy niño. Jeremías 1.4-10
Martes: Jeremías dice: No me acordaré más de Él. Jeremías 20.7-11
Miércoles: Hijo del hombre no seas rebelde. Ezequiel 2.1-10
Jueves: Jonás huye de delante de Jehová. Jonás 1.1-16
Viernes: Jonás se enoja con Dios Jonás 4:1-11
Sábado: Dijo a otro sígueme: San Lucas 9:59-62
2. Lectura Devocional:
Jeremías 1.1-10
PASAJE IMPRESO:
Éxodo 4.1-17
1 Entonces Moisés respondió, y dijo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová.
2 Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara.
3 Y él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y tornóse una culebra: y Moisés huía de ella.
4 Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y tomóla, y tornóse vara en su mano.
5 Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob.
6 Y díjole más Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y como la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve.
7 Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno: y él volvió a meter su mano en su seno; y volviéndola a sacar del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.
8 Si aconteciere, que no te creyeren, ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera.
9 Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río, y derrámalas en tierra; y volverse han aquellas aguas que tomarás del río, se volverán sangre en la tierra.
10 Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay Señor! yo no soy hombre de palabras de ayer ni de anteayer, ni aun desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.
11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dió la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿no soy yo Jehová?
12 Ahora pues, ve, que yo seré en tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.
13 Y él dijo: ¡Ay Señor! envía por mano del que has de enviar.
14 Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, Levita, y que él hablará? Y aun he aquí que él te saldrá a recibir, y en viéndote, se alegrará en su corazón.
15 Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo seré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer.
16 Y él hablará por ti al pueblo; y él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios.
17 Y tomarás esta vara en tu mano, con la cual harás las señales.
COMENTARIO BÍBLICO
4.1-9 Entonces Moisés respondió, y dijo: …
“Moisés dice que la gente no le creerá a menos que Dios les muestre alguna señal. Dios le da poder para hacer milagros. Pero los que en la actualidad se ocupan en entregar el mensaje de Dios a los hombres no tienen poder para obrar milagros: el carácter de ellos y su doctrina tienen que ser probados por la Palabra de Dios a la cual apelan. Dios uso lo que Moisés tenía en su mano. Los años que Moisés pasó atendiendo ovejas no fueron en vano. Esos años depositaron en la mano de Moisés cosas que él podría usar para la gloria de Dios. Dios no usó el cetro que estuvo en la mano de Moisés cuando él vivía en Egipto, pero sí uso la sencilla vara del pastor, no solo la vara de Moisés se convirtió en una culebra; se convirtió en una culebra real que atemorizó tanto a Moisés como para huir de ella. Y otras señales que harían evidente que el Dios vivo y verdadero se le había aparecido en verdad y no dudarían de su misión en favor del pueblo.”
4.10-12 Entonces dijo Moisés á Jehová: …
“Moisés siguió con reticencia la obra que Dios le designó; había mucha cobardía, indolencia e incredulidad en él. No debemos juzgar a los hombres por la prontitud de su discurso. La lengua tardía puede tener mucha sabiduría y verdadero valor. A veces Dios elige como mensajeros suyos a quienes tienen en grado mínimo las ventajas del arte o de la naturaleza, para que en ellos pueda verse más gloriosa su gracia. Los discípulos de Cristo no eran oradores, hasta que el Espíritu Santo los hizo tales.”
4.13-17 Y él dijo: ¡Ay Señor! envía por mano del que has de enviar…
“Dios condesciende a responder la excusa de Moisés. Hasta la auto desconfianza que nos impide cumplir el deber o nos obstruye en el trabajo es muy desagradable para el Señor. Pero mientras culpamos a Moisés por su actitud en este servicio peligroso, preguntemos a nuestros corazones si no estamos descuidando deberes más fáciles y menos peligrosos. La lengua de Aarón, con la cabeza y el corazón de Moisés, compondrían un ser completamente apto para esta tarea. Dios promete: Yo estaré con tu boca y con su boca. Aun Aarón, que podía hablar bien, no podría hablar de este cometido a menos que Dios le diera permanente enseñanza y ayuda; pues sin la ayuda constante de la gracia divina hasta los mejores dones fallarán.”
TEXTO ÁUREO:
Éxodo 4.13
Y él dijo: ¡Ay Señor! envía por mano del que has de enviar.
LUCES DEL TEXTO ÁUREO
Moisés seguía con resistencia la obra que Dios le designó. Había incredulidad en él. No debemos juzgar a los hombres a la ligera. La lengua tardía puede tener mucha sabiduría y verdadero valor. A veces Dios elige como mensajeros suyos a quienes tienen en grado mínimo las ventajas del arte o de la naturaleza, para que en ellos pueda verse más gloriosa su gracia. Los discípulos de Cristo no eran oradores, hasta que el Espíritu Santo les hizo tales. Dios condesciende a responder la excusa de Moisés. Hasta la auto desconfianza que nos impide el deber o nos obstruye en el trabajo, es muy desagradable para el Señor. La lengua de Aarón, con la cabeza y el corazón de Moisés, comprendían un ser completamente apto para esta tarea. Dios promete: “Yo estaré con tu boca y en tu boca”. Aún Aarón, que podía hablar bien, no podría hablar de este cometido a menos que Dios le diera permanente enseñanza y ayuda; pues sin la ayuda constante de la gracia divina hasta los mejores dones fallan.
PREPARACIÓN DE LA LECCIÓN
Punto Histórico
Tiempo:
Escrito entre 1445-1405 a.C. Acontecimientos 1491 a.C.
Lugar
Monte Sinaí (Arabia) Tierra de Madián
Diccionario Bíblico
Lepra
La lepra es una enfermedad ancestral, descrita ya en textos de las civilizaciones de la antigüedad. Se trata de una enfermedad infecciosa crónica, causada por una bacteria llamada “Mycobacterium leprae”, que afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos. Se puede curar y el tratamiento en las fases iniciales puede evitar la discapacidad. Además de las deformaciones físicas, los afectados sufren también estigmatización y discriminación.
Verdad Central.
Moisés objeta, que, con toda probabilidad, el pueblo no le creerá, ni oirán su voz (v.1); esto es, no dan crédito a sus palabras a no ser que les muestre alguna señal, ¿qué tendrá que hacer con los incrédulos? Dios le da poder para hacer milagros, detallándole tres en particular: 1. La vara que tiene en su mano es objeto del primer milagro 2. Su mano al meterla en su seño y al sacarla estaba leprosa y al meterla volvía a ser normal. 3. Al llegar a Egipto con la vara convertiría en sangre el agua del río, Moisés apela a su incompetencia, cuando esta apelación quedó sin efecto, aunque Dios se enojó contra él (v.14) continuó razonando con él hasta que le convenció. Para animarle en esta gran encomienda, le dice “yo seré contigo" (vs.3-12).
Doctrina de la Lección.
El llamamiento a Moisés fue eficaz a pesar de que opuso resistencia. Moisés dudaba que el pueblo lo aceptara como un portavoz de Dios (Éx.4.1); sumado a esto, sentía que no contaba con la elocuencia necesaria para hablar ni al pueblo ni a Faraón (Éx.4.10, 13-15). Dios respondió condescendientemente a sus objeciones con sólidos argumentos (Éx.4.2-8) y señales (Éx.4.11-12) que le permitieran recordar su poder. Finalmente, Moisés venció su incredulidad, puso su plena confianza en Dios, e hizo a un lado su falta de voluntad (Éx.4.18).
BOSQUEJO: “Las Objeciones de Moisés”
Propósito:
Instruir a los estudiantes que Moisés presentó tres objeciones ante Dios, tratando de eludir el compromiso o responsabilidad encomendada, para dar a conocer oportunamente el mensaje de Dios a su pueblo.
Enseñanza Toral:
Moisés objetó a Dios que los israelitas le responderían con incredulidad, “No te ha aparecido Jehová”, por lo que le concedió tres señales, para disipar su desconfianza y la de su pueblo, la primera consistió en que la vara en su mano, se convirtió en víbora, y luego restaurada, la segunda señal consistió en meter su mano en su pecho y al sacarla se hizo leprosa y luego nuevamente restaurada, pero si no fuera suficiente, al llegar a Egipto, tendría que tomar agua del río Nilo, derramarla en tierra en presencia de ellos y se convertiría en sangre. La segunda objeción de Moisés fue su falta de elocuencia, no tenía facilidad de palabra, Dios le respondió que podía hacer hablar al mudo, hacer ver al ciego y hacer oír al sordo por lo que pondría las palabras en su boca y enseñarle lo que ha de hablar. En la última objeción Moisés, manifestó la verdad que había en su corazón, su falta de voluntad, pero Dios teniendo compasión de él, había previsto a Aarón su hermano, para que ambos fueran los embajadores a Israel y a Faraón.
Introducción:
¿Qué tienes en tu mano? Moisés respondió una vara, que, para él, solo era una herramienta, un arma y en parte necesaria de su oficio, pero en su llamado esa vara se convirtió en instrumento de poder que Dios uso para derrotar a los enemigos de Israel. ¿Qué tienes en tus manos?, tu juventud, tu experiencia, tus ideas, tus fuerzas, ponlo al servicio del Señor. De lo poco el Señor puede hacer mucho, como del muchacho con cinco panes y dos peces (Jn.6.9). La viuda de Sarreta tenía un puñado de aceite y un poco de harina (2 R.4.2, 3), David mató a Goliat con una honda y piedras (1 S. 17.40).
I. La Incredulidad del Pueblo, vv. 1-9
a) La señal de la vara. Moisés respondió que los israelitas no le creerán, ni le oirán, por tanto, Dios le mostró señales, siendo la primera señal de la vara que tenía en su mano. La vara era simplemente el cayado de un pastor, Dios le ordeno tirarlo al suelo y se tornó en una culebra de la que Moisés huía, acto seguido Dios le ordenó tomarla por la cola y al hacerlo, la serpiente se tornó vara en su mano, señal convincente no solo del llamado divino de Moisés, sino del poder de Dios obrando en su vida. La serpiente es constante enemigo de la simiente de la mujer, representó el poder malvado que prevalecía en Egipto, porque, así como la serpiente muerde y mata, así los egipcios, lastimaban y mataban a los hijos de Israel. La serpiente era el emblema público y famoso de la tierra, religión y gobierno en manos de Faraón, al cual Moisés debía enfrentar y derrotar con valentía con el poder de Jehová Dios.
b) La señal de la mano leprosa. Dios le ordenó meter su mano en su seno, al sacarlo estaba invadida de lepra blanca, le ordenó meterla nuevamente y al sacarla estaba restablecida completamente, con esta segunda señal la incredulidad de los hijos de Israel se disiparía, porque demuestra que Moisés el mensajero de Jehová estaba capacitado con el poder necesario para cumplir con la misión encomendada. Es en el seno que la madre lleva al niño lactante, el pastor lleva en su seno a las ovejas, y de la misma manera, Moisés llevó a Israel por el desierto (Nm.11, 12; Is.40.11) La lepra representó la impureza a que fue sumergido Israel en tierra de Egipto, pero Dios en su poder y misericordia los purificó al darle leyes en el monte Sinaí. Esta señal mostró, además, que Moisés con el poder del Señor, podía infligir y sacar de una plaga y de los más severos juicios de Dios.
c) Las aguas del río se convertirán en sangre. Dios ordenó a Moisés realizar una tercera señal para disipar la incredulidad de Israel, si las dos primeras señales no fueran suficientes para convencerlos de su divina misión. Debía tomar las aguas del río, derramarlas en tierra y se convertirían en sangre, es la demostración del poder de Dios, que puede vencer a los dioses egipcios. El río Nilo fue adorado e incluso identificado como el dios Osiris, reconocido como fuente de todo bien y prosperidad en la vida nacional de Egipto, le adoraban, el río regaba el valle para fertilización y producción de vegetales y granos, de ello dependían en gran medida para el sustento. Sin embargo, al convertirse en sangre, se alteró las propiedades del agua, inutilizándolo para el riego, así la divinidad del Nilo tenía que ser humillado ante el poder de Dios. Es triste que el hombre en su pecado, dureza de corazón y necedad, honre y atribuya poder a las criaturas antes que al Creador (Ro.1.21-23; Jer.44.16-18). Los dioses de los pueblos carecen de poder.
II. Su Escasa de Elocuencia, vv. 10-12
a) Tardo en el habla y torpe de lengua. La frase ¡Ay Señor! Es una exclamación que expresa lamentación, compasión, sorpresa, suspiro, quejido y miedo, como decir, ten compasión de mí, manifiesta en realidad que Moisés no quería atender a esta grande empresa, porque preveía diversas dificultades y presentó otra excusa a Jehová, “yo no soy hombre de palabras de ayer ni de anteayer” “soy tardo en el habla y torpe de lengua”, La excusa consistía no precisamente en el tartamudeo, sino en no poseer el don y la facilidad de palabra, no poseía la elocuencia cuyo fuego enciende el entusiasmo de una nación, además tenía dificultad en la expresión libre y fácil del idioma egipcio que por años ya no había practicado. La elocuencia es la facultad de hablar bien con fluidez, propiedad, lógica y de manera efectiva para convencer o persuadir a quien escucha, sinónimo de oratoria, retórica, soltura, labia. Los apóstoles de Cristo, así como muchos siervos del Señor fueron llamados no teniendo facilidad de palabras, pero el Espíritu Santo los capacitó y les dio elocuencia (Hch.4.13).
b) Jehová dio la boca al hombre e hizo al mudo y al sordo. Dios indicó a Moisés que era necesario depender de aquel que podía directamente soltar la lengua, abrir los ojos y los oídos. Él dio la boca al hombre, también había hecho al mudo, al sordo, al ciego, tiene poder ilimitado sobre todos los sentidos, poder para darlos y para quitarlos, Él tiene propósitos al permitir deficiencias en los seres humanos (Jn.9.1-3) y debemos darle muchas gracias por concedernos salud y capacidades y sean usados para servir en su bendita obra. Dios es tan poderoso que puede llamar al mudo, al sordo y al ciego para servir en su obra, así que las insuficiencias percibidas por Moisés no importaban para nada. Por otra parte, es de reflexión para que la iglesia brinde apoyo a personas con capacidades diferentes, físicas, mentales, intelectuales, psicosocial, sensorial, auditiva y visual siguiendo el mandato de Cristo, con un trato digno y sin discriminación (Mt.25 34-37).
c) Moisés debía hablar en conformidad con la instrucción divina. “Yo seré en tu boca y te enseñaré lo que hayas de hablar.” Todos los profetas y escritores de la Biblia hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. “Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en Justicia” (2 Ti.4.16). La Palabra de Dios, es inerrante, eficaz y penetrante como espada de dos filos (He.4.12). La palabra “inspiración” viene del latín “inspirare”, significa tomar aire hacia adentro de los pulmones, se tradujo del griego, “Teopneustos” que significa soplo o aliento de Dios. Moisés no tenía habilidades de oratoria para la persuasión, pero lo haría el poder de la Palabra de Dios en el corazón de los israelitas. De la misma manera hoy se debe predicar el evangelio puro, que es poder de Dios para la salvación de los hombres (Ro.1.16).
III. Su Falta de Voluntad, vv. 13-17
a) Causó el enojo de Dios. Las excusas de Moisés revelaron la razón de su corazón, al considerar la grande responsabilidad, no quería ir. Hay excusas inadmisibles ante Dios, a veces se dan razones o argumentos para eludir una responsabilidad o compromiso y se ha convertido en un hábito en el mundo de hoy sobre todo para reusar al llamado de Dios y huir de compromisos y responsabilidades. A veces se usa la excusa para quedar bien con las personas, huir de los problemas en vez de buscar una solución, cada vez usted pone una excusa ante Dios está huyendo de Él. Moisés dijo a Dios “envía por mano del que has de enviar” lleva a cabo tu misión, es como decir “menos a Mí”. Dios se enojó contra Moisés, pero en su misericordia y paciencia comprendió y atendió a esta debilidad. La gracia de Dios siempre pone una solución a nuestros problemas (Sal.18.32-39).
b) Dios provee a Aarón como vocero de Moisés. El conoce todas las cosas y había previsto a Aarón levita, hermano de Moisés, como portavoz, el cual saldrá a su encuentro, se alegrara al verle, al recibir el mensaje divino estará dispuesto completamente para comunicarlo. Aarón se mantendría en relación con Moisés como un profeta, es un adjunto de esta comisión, así Moisés se sintió confortado con el apoyo de su hermano para ejecución conjunta. Cristo envío a sus discípulos de dos en dos a las misiones, el apóstol Pablo tuvo compañero de milicia a Bernabé “el hijo de consolación”, le ayudó a la obra Misionera. Siempre es necesario al ministro, la compañía de los ancianos o hermanos para reforzar el ministerio. Dios prometió estar en la boca de Moisés y de Aarón, y hacerlos embajadores aptos.
c) La vara en su mano, instrumento para hacer señales. Dios usa lo que tenemos en nuestras manos, todo lo que pide de nosotros es un corazón dispuesto, el no espera perfección, no espera que tengamos todas las respuestas, y habilidad, o que comprendamos todos los detalles del llamado, solo nos dice que estemos a su disposición para dar el paso de fe en dirección que Él nos señale y confiar en su poder. La vara en la mano de Moisés era el cayado de un pastor, se usaba para guiar y proteger a las ovejas, sostener al pastor a subir y bajar los lugares empinados, pero ahora sería instrumento del poder de Dios, para enfrentarse a los adivinos egipcios (Ex.7.15, 16) para convertir las aguas en sangre, para traer y levantar grandes plagas sobre Egipto, abrir paso por el mar rojo, sacar agua de una roca en el desierto y victoria sobre los amalecitas.
Conclusión:
Los argumentos que Moisés presentó a Dios fue la incredulidad de Israel, la falta de elocuencia y su falta de voluntad, porque no quería comprometerse al considerar la magnitud del trabajo, pero todas fueron superadas por el poder y la misericordia de Dios.
CATECISMO MAYOR
Pregunta 143
¿Cuál es el noveno mandamiento?
El noveno mandamiento es: No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.[1]
[1] Éx.20.16.
APLICACIÓN DE LA LECCION
ANÁLISIS SINTÉTICO | “Las Objeciones de Moisés” Éxodo 4.1-17
1. Para cumplir la misión
2. Por miedo a que no le creyeran
3. Dios da a Moisés señales para realizarlas ante el pueblo de Israel
4. Moisés manifiesta que no tiene la capacidad de hablar con fluidez
5. Dios le declara a Moisés que Él, como Creador, puede capacitarlo
Cuestionario
1. ¿Cuáles fueron las objeciones de Moisés?
2. ¿Cuáles fueron las señales que Dios dio a Moisés para acreditarse delante del pueblo?
3. ¿Cuál fue la cuarta objeción?
4. ¿Qué aprendemos en los versículos 11 y 12?
5. ¿Por qué se enojó el Señor? ¿Cuál es tu excusa para no ir dónde Dios te envía?
Enseñanzas Prácticas
1. Moisés no ha sido el único que ha presentado objeciones para cumplir una misión espiritual, han sido muchos. Pero en todos los casos hemos aprendido, que el llamado del Señor es irresistible. Y aunque una persona se resista al principio, Dios obrará para que esta cumpla su ministerio con honra y gozo.
2. Todos debemos aprender o confirmarnos, que es Dios, quien capacita a los que Él llama a un ministerio en la Iglesia. Su Espíritu Santo de manera soberana imparte dones a cada uno de los creyentes en Cristo. Hermano, ¿estás ejerciendo en tu iglesia, los dones que el Señor te ha dado?
ILUSTRACIÓN. Objeciones comunes de los que son llamados
Si usted pregunta a su pastor, obrero o misionera si puso alguna objeción cundo Dios lo llamó al Santo Ministerio, sin duda alguna la mayoría le dirá que cuando menos, en alguna ocasión lo hizo. Las más comunes son: No tengo palabras, no tengo el don, tengo miedo, mis padres no me dejan, primero debo acabar la carrera, dicen que se sufre mucho, etc. Recuerdo a la esposa de un siervo de Dios, a los cuales llamó como obreros, decirme lo siguiente: Primero, puse por pretexto el cuidado de mi madre, y a los pocos días el Señor la llamó a su presencia; después volví a poner como excusa a mi hijo, y días después tuvo un terrible accidente del cual el Señor lo levantó. Pedí perdón al Señor por poner tantas excusas y al fin dejamos todo para seguir a nuestro Señor y Maestro. Estimado hermano: Si oyes el llamado de Dios al Santo Ministerio, no pongas objeciones, Él te preparará y capacitará para el bien de su pueblo escogido.