“La Vida Nueva del Cristiano”
Propósito:
Mostrar a los niños que los creyentes tienen una nueva vida en Cristo.
Introducción:
Al entregarle nuestra vida a Cristo comienza un proceso que se hace por medio de la fe, confesamos nuestros pecados y renunciamos a ellos, Hechos 3.19. Nacemos de nuevo cuando el Señor Jesucristo lava con su sangre nuestros pecados y el Espíritu Santo nos santifica con su presencia. Dice la palabra de Dios “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” 2 Corintios 5.17, ahora nuestra responsabilidad es cuidar de esta nueva vida.
I. Evidencia de Conversión a Cristo, vv. 1-4
Una de las evidencias que muestra una persona que se ha convertido a Cristo, es su interés por las cosas de arriba, es decir se interesa por juntar tesoros en el cielo, ¿Cómo podemos tener tesoros en el cielo? Trabajando en la obra de Dios. Si hemos resucitado con Cristo, debemos buscar las cosas de arriba, seguimos estando en la tierra, pero nuestro interés no es acumular riquezas aquí, porque son temporales y el día que dejemos este mundo nada nos llevaremos Job 1.21a. Los pies del cristiano están sobre la tierra, pero sus ojos están mirando el cielo, está viviendo como un ciudadano del cielo aquí en la tierra.
Pablo dice que el creyente ha muerto, porque ha muerto al pecado y su vida está en Cristo, naturalmente, nunca alcanzaremos la perfección en esta vida, pero estamos en un proceso que no debe detenerse hasta que lleguemos a la presencia de Dios.
II. Es una Vida Limpia, vv. 5-7
El cristiano ha muerto al pecado esto quiere decir que quita de su vida todas esas obras que no son agradables a Dios, como la fornicación que es muy común en nuestros días, porque las personas ya no se casan pero si viven juntas; otro pecado es la inmundicia es decir los pensamientos, palabras y acciones sucias que ofenden a nuestro Dios, la avaricia que es el anhelo de poseer o adquirir más y más, en un deseo desenfrenado, esto también es idolatría.
Los hombres piensan que pueden cometer estos aborrecibles pecados y que escaparán del castigo, pero de Dios nadie se burla, a causa de esas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. Los pecados tienen sus consecuencias en esta vida; y un juicio en el día postrero. Pablo recuerda a los colosenses que ellos se habían dado a estos pecados antes de convertirse, pero la gracia de Dios los había librado de impureza.
III. Es una Experiencia Cotidiana, vv. 8-9
Como los colosenses habían sido redimidos a tan grande precio, deberían ahora desechar todas esas cosas que se comparan como un trapo sucio. Los colosenses como todo cristiano debe dejar los pecados que el apóstol Pablo menciona: La ira que es un intenso espíritu de disgusto vengativo. El enojo que es una forma intensa de ira, con comportamientos violentos. Malicia es una conducta malvada contra otros con la idea de dañar a sus personas para verlas sufrir. Maledicencia aquí significa ofender, con un fuerte lenguaje. Torpes palabras significa hablar con palabras obscenas con un sucio lenguaje. La mentira que daña en muchas maneras, es algo que pertenece al viejo hombre, y no tiene lugar en la vida del hijo de Dios. Cada día nos sentimos tentados a distorsionar la verdad, la mentira se vuelve doblemente grave cuando dañamos a alguien con una falsa declaración. Por lo tanto ningún pecado de los que hemos mencionado debe estar en el creyente que se ha convertido en una nueva criatura.
Conclusión:
Niñitos el apóstol Pablo dijo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó á sí mismo por mí”. Gálatas 2.20. Si tienen una nueva vida en Cristo vivan una vida santa no por temor al castigo, sino por amor al Hijo de Dios, el cual les amó y se entregó a sí mismo por ustedes. Niñito ¿Has entregado tu vida al Señor Jesucristo? Si no es así hazlo hoy mismo.
CATECISMO INFANTIL.
Pregunta No. 48
¿Qué es la expiación?
Respuesta:
La satisfacción que, en lugar de los pecadores, hizo Cristo de la justicia divina por medio de sus padecimientos y de su muerte.