PARA LOS NIÑOS: “Job Exalta a Dios”
Propósito:
Mostrar a los niños que en medio de sus sufrimientos Job se da cuenta de la gran necesidad de un mediador entre Dios y el hombre para ser justificado. Y mostrar que Jesucristo es ese mediador.
Introducción:
En esta lección veremos la respuesta que Job da al discurso de Bildad. Job comienza a creer que Dios le castiga por haber cometido algún pecado, pero piensa que no ha pecado tanto como para tener un sufrimiento de esa magnitud; aunque sabía que él no era perfecto, y no podía justificarse delante de Dios. Aun así, Job manifiesta su deseo de que su causa sea juzgada con justicia, pero no sabía cómo sería esto, reconoce que delante de Dios no podía comparecer para defenderse, de esta manera Job exalta a Dios.
I. Por su poder y soberanía, vv. 1-13
Job le responde a Bildad: “tus palabras son ciertas, pero ¿cómo me puedo justificar ante Dios?” Job quería respuesta a sus preguntas y sus amigos no le respondían. Job les dijo: “Yo no estoy fingiendo; si ustedes creen que yo estoy tratando de poner una barrera delante Dios, están muy equivocados, porque yo sé muy bien que no puedo enfrentarme con Él". Sentía que Dios estaba muy lejos, conocía al Señor como Creador y su poder se podía ver en la manera en que controlaba los montes, la tierra, el sol, las estrellas, el mar y todas sus obras que son maravillosas. Job conocía algo sobre las estrellas porque menciona que Dios hizo el Arcturo, Orión, y las Pléyadas, esto no quiere decir que su situación actual de miseria era porque había nacido bajo cierta estrella, sino que solo admiraba a quien había hecho los astros. Job no sólo conocía al Señor como el Creador, sino que también tenía claro que Dios es un Espíritu (Juan 4.24), por lo tanto, no se le puede ver, ni tocar; y ningún hombre puede resistir su presencia (Éxodo 33.20), si un hombre no le puede ver menos le podrá cuestionar en sus acciones.
II. Por su sabiduría, vv. 14-24
Job sabía que, si se acercaba a la presencia de Dios, no podría resistir esa experiencia. Porque si Dios le hablaba, no sabría qué responder. En otras palabras, Job decía: "Si yo fingiese ser perfecto, mi propia boca me condenaría". Sin embargo, vemos que Job se defendía, aunque sabía que no era el hombre perfecto delante de Dios, pero sí mantenía la posición de que no había pecado como para que el Señor le castigara de esa manera, reconoció que no sería capaz de justificarse. Muchas personas en la actualidad piensan que son buenas, esto es contrario a lo que dice Romanos 3.23, donde nos indica que todos somos pecadores, la Biblia nos dice que solos, no podemos llegar a la presencia de Dios. Job pensaba lo siguiente: "Si me presento ante Dios, Él señalará algo en mí de lo cual yo no estoy consciente, y no podré justificarme". Solo hay una manera de justificarnos delante de Dios y es por medio de nuestro Señor Jesucristo (Romanos 5.1) “Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
III. Ante su condición humana, vv. 25-35
Job pensó que sus días pasaban rápido y que iba a morir “sin lograr ver el bien”, para ilustrar esto empleó dos ejemplos: el de las veloces embarcaciones que navegaban en el río Nilo y el del águila que se lanzaba velozmente sobre su presa. Pensó que pronto terminaría su vida sin ser declarado inocente de sus pecados. Por más que se esforzaba, no podía resignarse a ser juzgado culpable. Quería prepararse cuidadosamente para un encuentro con Dios, se bañaría y limpiaría sus manos; pero esto no bastaría, porque Dios lo desaprobaría, por sus vestiduras abominables (Jeremías 2.22). Job sabía que no era posible declararse inocente y justificarse delante de Dios sin un mediador, era necesario tener un intermediario, y logra darse cuenta de que Dios no es hombre para que responda a un pleito, ni pueden juntarse los dos para arreglar su causa con justicia. Job se da cuenta que el hombre necesita un mediador entre Dios y el hombre para que pueda ser justificado, este anhelo se realizó en el Señor Jesucristo (1 Timoteo 2.5).
Conclusión:
Niñitos el Señor Jesucristo es el bendito Mediador entre Dios y el hombre, que ha puesto su mano sobre nosotros, y a quien el Padre ha encomendado todo juicio. Es sorprendente que Job en medio de sus sufrimientos se diera cuenta que no era perfecto, que necesitaba ser limpio y que solo con un mediador podía gozar de la presencia de Dios; Job descubría la necesidad de un Redentor. Recordemos que este asunto no era muy claro en aquellos días, como lo es ahora que se nos ha predicado el Evangelio. Niñito tú también necesitas un Salvador, recibe al Señor Jesús en tu corazón, para que puedas gozar de la vida eterna.
CATECISMO INFANTIL.
Pregunta No. 97
¿Cuál es el octavo mandamiento?
El octavo mandamiento es: “No hurtarás”.