PARA LOS NIÑOS: “La Primera Reprensión de Eliphaz a Job”
Propósito:
Mostrar a los niños que podemos equivocarnos al juzgar, como se equivocó Eliphaz al juzgar a Job.
Introducción:
Las quejas que Job expresa provocan que sus amigos le contesten, y así comienza un debate, con algunas repeticiones, los tres amigos atribuyen que los sufrimientos de Job son un merecido castigo, a causa de algún pecado grave. Job rechaza esto, porque entiende que no siempre se sufre a causa del pecado, él sabe que no es perfecto pero sus faltas no son tan grandes como para tener un castigo tan terrible como el que sufre, así surge la primera reprensión de Eliphaz a Job.
I. En Base a su vida pasada, vv. 1-6
Eliphaz era el mayor y el más sabio de los tres, piadoso y prominente, pero sin compasión. A medida que su discurso avanza se vuelve más severo y cruel con Job. Comenzó a decirle a Job de una manera muy irónica ¿Te importaría que te dijera algo? Y luego añadió: Aunque no te importe, voy a decírtelo. Le dijo a Job que, en los tiempos pasados, cuando se encontraba en prosperidad y tenía mucho dinero; él era una fortaleza para todos los demás, podía aconsejar y enseñar a todos, indicándoles lo que debían hacer. Job sabía cómo ayudar a aquellos que tenían dificultades, que se enfrentaban con problemas; pero ahora que se encontraba en una situación terrible se había derrumbado. El consejo que les había dado a los demás, no lo podía seguir él mismo. Eliphaz acusó a Job de ser un experto en ese sentido, y en una forma bastante sarcástica le dijo a Job: Ahora esto te sucedió a ti ¿y tú qué has hecho? Te has desmoronado ante lo que te ha ocurrido.
II. Porque cosecha lo sembrado, vv. 7-11
Eliphaz acusó a Job de tener un punto débil, le dijo que esto no le habría sucedido si no hubiera algo malo en su vida, que él mantenía en secreto; pero esto no era verdad. Nosotros sabemos lo que estaba ocurriendo en la vida de Job, desde el comienzo del libro se nos mostró lo que sucedió en la presencia de Dios, para que nosotros conociéramos que Job era justo, y pudiéramos comprender su sufrimiento, sus amigos no entendían lo que pasaba. Eliphaz insistió que había algo escondido en su vida que no había confesado, decía que Job cosechaba lo que había sembrado. Este hombre estaba equivocado, porque Dios disciplina a sus hijos, pero nunca los destruye. Eliphaz le dice que los que siembran maldad, recogerán una cosecha de maldad, y van a perecer como los cachorros de león cuyos dientes han sido quebrados, y como los leones viejos que ya no pueden acechar a su presa. ¡Qué equivocado estaba Eliphaz!
III. Por quejarse contra Dios, vv. 12-21
Eliphaz refiere que el asunto que le era oculto le fue revelado en una visión que había tenido en secreto durante la noche, cuando dormía. Le vino temor y temblor que se estremeció, porque un espíritu hizo que se le erizara la piel, ese espíritu cuyo rostro no conoció, le habló en voz baja y le dijo: ¿Será el hombre más justo que Dios? ¿Será el varón más limpio que el que lo hizo? El significado de esto parece ser que el hombre no tiene derecho a cuestionar a Dios. Si una persona sufre, es por su propio pecado. Cuánto más indignos y falibles son los hombres, son quebrantados como la polilla. No importa cuán fuertes puedan ser nuestros cuerpos, su duración será muy breve. Eliphaz estaba expresando verdades extraordinarias, teniendo en cuenta que provenían de un período muy antiguo de la historia, pero a Job todas sus palabras no le resultaron útiles, ni le ayudaron en nada.
Conclusión:
Niñitos Eliphaz insinúa que Job necesitaba corrección en lugar de consolación. Le anima a buscar a Dios, y apartarse del mal. Aunque sabemos que los castigos divinos son para corregir al hombre y forman parte de la justicia de Dios, ese no era el caso de Job. Eliphaz tenía la esperanza de que Job se arrepintiera de algún pecado oculto, pero no tenía razón, ese pecado no existía. La Biblia nos da aliento para los justos en tiempos difíciles “Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo” (Salmos 55:22).
CATECISMO INFANTIL
Pregunta No. 92
¿Qué nos enseña el quinto mandamiento?
Amar y obedecer a nuestros padres e institutores.
