PARA LOS NIÑOS: “Job, un Hombre Justo”
Propósito:
Mostrar a los niños que se puede ser fiel en lo próspero y lo adverso, para no dar lugar al maligno, como lo hizo Job.
Introducción:
Job fue un hombre perfecto y recto en su vida como consecuencia de su conocimiento y creencia en el Dios verdadero. En su tiempo los pueblos ya estaban sumidos en la más terrible idolatría, pero en su misericordia Dios conservaba algunos verdaderos adoradores. Job fue temeroso de Dios y por esa misma razón vivió apartado del mal, no sólo creía en el Señor, sino que vivía conforme a su santa voluntad, aunque la Biblia no estaba escrita como ahora, él era fiel al Señor. Job, un varón cuyo ejemplo es digno de imitar.
I. Su integridad y prosperidad, vv. 1-5
Job era un hombre rico que vivía en la tierra de Hus; por Lamentaciones 4:21 sabemos que Hus estaba localizada en Edom. Job era un hombre rico, recto y temeroso de Dios que tenía siete hijos y tres hijas. Tan inmensas eran sus propiedades y ganados que era el hombre más grande de todos los orientales, tenía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes (una yunta era una pareja de bueyes que, uncidos con el yugo, sirven en la labor del campo o para tirar de carros), quinientas asnas, y muchísimos criados. La Biblia nos dice que los hijos de Job hacían reuniones en sus casas y mandaban a llamar a sus tres hermanas para que comieran y bebieran con ellos. Después que pasaban estas reuniones Job, como padre de familia, actuaba como sacerdote y ofrecía holocaustos por sus hijos, porque decía: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán ofendido a Dios, Job sabía el peligro que había cuando en las fiestas no se tiene cuidado de glorificar a Dios.
II. Su rectitud cuestionada por Satanás, vv. 6.12
La historia bíblica nos dice que un día en el cielo vinieron los hijos de Dios (los ángeles) a presentarse delante de Jehová; Satanás (que significa acusador) también se presentó (aunque él, no es hijo de Dios). Cuando Dios se dirige a Satanás y le pregunta ¿De dónde vienes? Contesta de rodear la tierra, y de andar por ella (porque no es omnipresente), pero si anda como león rugiente buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8). Dios le dice que su siervo Job es un varón perfecto, recto, temeroso de ofenderle y apartado del mal, Satanás le insinúa que la única razón por la que Job teme a Dios es por interés, debido a su prosperidad. Satanás afirmaba que los verdaderos creyentes son solo fieles cuando reciben bendiciones, pero que en cuanto Job fuera privado de su riqueza, blasfemaría contra Dios. Dios le dio permiso a Satanás para que pusiera a prueba la fe de Job atacando todo lo que tenía, exceptuando su salud.
III. Sufre calamidades repentinas, vv. 13-22
Después de que el Señor concedió permiso a Satanás para que probara a Job sin que tocara su persona, se presentaron una serie de calamidades espantosas en sus posesiones: 1) Los sabeos que eran unos bandidos se llevaron los bueyes y los asnos, también mataron a los criados que los cuidaban. 2) Cayeron rayos del cielo que destruyeron sus ovejas, así como a los pastores que las atendían. 3) Los caldeos que eran un pueblo seminómada del desierto de Arabia, experimentado en el saqueo y en la guerra (Habacuc 1.6–8), robaron los camellos y mataron a los criados que los custodiaban. 4) Lo más terrible fue cuando un fuerte viento (probablemente un tornado) hizo que se viniera abajo la casa donde los hijos de Job estaban comiendo y bebiendo vino, matando a todos. A pesar de estas pérdidas terribles, Job en medio de su dolor adoró a Dios, diciendo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito”. La respuesta de Job refutó las acusaciones del adversario.
Conclusión:
Niñitos Job era un verdadero creyente, con una fe que no podía ser quebrantada. Job en medio de tan terribles pruebas, había perdido no solo lo que tenía, sino que sus diez hijos habían muerto en un solo día, de dolor cortó los cabellos de su cabeza y cayendo en tierra adoró a Dios, esto es un ejemplo de fidelidad en todo momento. El verdadero creyente mantiene su fe firme en lo próspero y en lo adverso, para no dar lugar a que el adversario se burle, como dice el apóstol Pablo en Tito 2:8 “… que el adversario se avergüence, no teniendo mal ninguno que decir de vosotros”.
CATECISMO INFANTIL
Pregunta No. 89
¿Por qué se llama domingo o día del Señor?
Porque en este día Cristo resucitó de entre los muertos.