PARA LOS NIÑOS: “José, Gobernador de Egipto”
Propósito:
Enseñar a los niños a ser humildes como José, sobre todo cuando Dios nos concede dones especiales.
Introducción:
Dios escogió a José y él correspondió a esa elección, él podía haber pedido su libertad, una recompensa material acorde con el trabajo que iba a realizar, inclusive él pudo haber pedido el castigo de aquellos que causaron su sufrimiento. Pero José reconoce que, por su elección, no era un simple espectador de la historia, sino un instrumento escogido por Dios; para desarrollar toda esa labor tan importante en Egipto, era necesario un nombramiento “oficial”, los nombramientos van acompañados de ceremonias apropiadas de proclamación y reconocimiento; y así bajo esas mismas circunstancias, es nombrado José, Gobernador de Egipto.
I. Por Designio de Dios, vv. 38-39
Tanto Faraón como sus siervos más allegados, es decir sus consejeros y colaboradores quedaron profundamente impresionados por la manera sabia de cómo expresó José la interpretación de esos sueños; de este modo aquel esclavo mostró los dones de profeta y gobernador, José tuvo revelación Divina del futuro, es decir de profeta y no de adivino. Faraón admirando la sabiduría que José había mostrado, se pregunta ¿Dónde podré hallar otro hombre como este, en donde se manifieste el Espíritu de Dios? José no se enalteció, tampoco se llenó de orgullo, mucho menos de vanagloria para alabarse así mismo por haber podido interpretar los sueños. Porque el hijo de Jacob tenía pleno conocimiento que, si había podido declarar el significado de los sueños, había sido porque el Señor le había concedido ese don; no era algo que había alcanzado por mérito propio; por lo tanto, siempre expuso que esa sabiduría venía de lo alto, conservando su humildad ante el Todopoderoso (Mt.23.12).
II. Nombrado por Faraón, vv. 40-41
El rey llegó a la conclusión que aquel varón hablaba así, porque en él había Espíritu de Dios, es decir, del Señor provenía toda esa sabiduría y que en ningún lugar iba a poder encontrar otra persona tan sabia como José. Como Faraón era soberano supremo y absoluto, utilizando su autoridad, nombró a José en ese mismo momento gobernador de toda la tierra de Egipto, colocándolo sobre toda su corte, sobre todos sus siervos y solamente siendo menor que él en autoridad. En José se cumplió lo dicho en el Salmo 113.7-8 El levanta del polvo al pobre, Y al menesteroso alza del estiércol, para hacerlos sentar con los príncipes, Con los príncipes de su pueblo. En ese momento tal vez José recordó aquellos sueños que había tenido en la tierra de Canaán, en donde Dios le había declarado que sería el principal de entre sus hermanos, ahora se comenzaba a aclarar el propósito del Señor para su vida.
III. Con toda la Investidura, vv. 42-46
Faraón estuvo tan agradecido que le dio a José el lugar de segundo en mando, se quitó su anillo y lo puso en la mano de José, le hizo vestir de ropas elaboradas de un lino fino y le puso un collar de oro en su cuello. Le subió en su segundo carro y se pregonó delante de él: “doblad rodilla” esta era una señal de honra; le concedió la certeza de que sin su consentimiento nadie en el país podría hacer algo. Faraón quiso que José se identificara plenamente con su pueblo, no sólo lo elevó a la más alta dignidad y ordenó que le rindiera honor, sino que a José se le concedió un rango social, porque el rey le otorgó un nombre egipcio que fue: Zaphnath-paaneah y le dio por esposa a Asenath hija de Potipherah, sacerdote de On, cuyo oficio tenía gran importancia política. Así fue que José se emparentó con la más alta nobleza de Egipto. Como José tenía diecisiete años cuando fue vendido por sus hermanos Gn.37.2, ahora que ya tenía treinta, se deduce que habían transcurrido trece años de sufrimientos y pruebas, pero al fin el Señor lo había exaltado. “Jehová ensalza a los humildes; humilla los impíos hasta la tierra” (Sal.147.6).
Conclusión:
Niñitos la descripción del trabajo de José, así como la de su instalación en el puesto de gobernador y segundo del rey, muestran que él estaba siendo nombrado primer ministro de Egipto, en toda la tierra, es decir en todos los países cerca de Egipto. Algo que todos debemos de aprender de José, es que no se enorgulleció de su posición ni se aprovechó personalmente de su autoridad, más bien reconoció que fue llevado para desempeñar una labor en beneficio de otros, es decir una labor de servicio, que emprendió inmediatamente. Pensaba más en su responsabilidad que en su dignidad. Niñitos en todo momento sea borrada la palabra orgullo de nuestra vida, sobre todo cuando el Señor nos concede dones especiales que nos llevan a ocupar grandes puestos, como José conservemos la humildad para servir a los demás, porque esto agrada al Señor (Sal.138.6).
CATECISMO INFANTIL.
Pregunta No. 32
¿Quién les indujo a este pecado?
Respuesta:
El diablo tentó a Eva, y ella dio del fruto a Adán.