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Lección 03 Enero 17 del 2021

Actualizado: 5 ene 2021

“El Cuarto y Quinto día de la Creación”

MATERIAL BÍBLICO

1. Lecturas Diarias

Domingo El sol y la luna con sus leyes. Jeremías 31.35-40

Lunes El sol, la luna y las estaciones. Salmo 74.16-23

Martes La luna y el sol para los tiempos. Salmo 104.19-24

Miércoles Las grandes obras de Dios en la mar. Salmo 104.25-35

Jueves La mar y lo que hay en ella. Salmo 146

Viernes La habitación, mantenimiento de aves y criaturas. Salmo 104.10-18

Sábado Las aves y criaturas entienden ser hechas por Dios. Job 12.7-13


2. Lectura Devocional:

Job 38.1-15

PASAJE IMPRESO:

Génesis 1.14-23

14 Y dijo Dios: Sean lumbreras en la expansión de los cielos para apartar el día y la noche: y sean por señales, y para las estaciones, y para días y años;

15 Y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra: y fue así.

16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche: hizo también las estrellas.

17 Y púsolas Dios en la expansión de los cielos, para alumbrar sobre la tierra,

18 Y para señorear en el día y en la noche, y para apartar la luz y las tinieblas: y vió Dios que era bueno.

19 Y fué la tarde y la mañana el día cuarto.

20 Y dijo Dios: Produzcan las aguas reptil de ánima viviente, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.

21 Y crió Dios las grandes ballenas, y toda cosa viva que anda arrastrando, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie: y vió Dios que era bueno.

22 Y Dios los bendijo diciendo: Fructificad y multiplicad, y henchid las aguas en los mares, y las aves se multipliquen en la tierra.

23 Y fué la tarde y la mañana el día quinto.


COMENTARIO BÍBLICO

1.14-19 Y dijo Dios: Sean lumbreras en la expansión

La creación de las grandes lumbreras en el cuarto día nos habla de la perfección de Dios en todo lo que hace, pues la luz es indispensable en la vida del hombre y de la naturaleza misma, para todo su desarrollo que hoy conocemos, y aun cuando la palabra de nuestro Dios no nos da más información de cómo están formadas estas lumbreras y muchas cosas más de las que habla la ciencia moderna, nos hace saber la Escritura el propósito de cada una de ellas, para apartar el día de la noche, para definir las estaciones del año y para señales, pues por medio de las estrellas muchos se pueden guiar, la Mayor para el día y la menor para la noche y las estrellas en la expansión para alumbrar sobre la tierra, que maravilloso es el poder de Dios.


1.20, 21 Y dijo Dios: Produzcan las aguas reptiles

Todo lo que la tierra tiene hasta el día de hoy es lo que Dios creó en este día, se mencionan los reptiles, las aves y las grandes ballenas, pues todo lo que nos preguntemos, fue creado aquí hasta los más pequeños y diminutos seres, todo por la poderosa palabra de nuestro Dios, llegando hasta las partes más recónditas de la tierra donde existen hasta hoy, con un propósito benéfico en la creación, pues Dios da su aprobación y vio que todo era bueno.


1.22-23 Y Dios los bendijo diciendo: Fructificad y multiplicad

La forma de preservar las especies y que estas circundaran toda la tierra, es su reproducción, y todas las especies de animales recibieron esta orden de Dios, multiplicándose extremadamente sobre la tierra y aunque en algún momento hubo una sobrepoblación de las especies, hoy sabemos cuán difícil es ver esas enormes manadas de animales y grandes parvadas de aves, para el día de hoy ya casi son imposibles de ver por la sobreexplotación de ellas.


TEXTO ÁUREO:

Salmo 104.19

“Hizo la luna para los tiempos: el sol conoce su ocaso”.


LUCES DEL TEXTO ÁUREO

La primera enseñanza que podemos disfrutar de la Santa Palabra de Dios, es que la luna que Dios hizo en el día cuarto de la creación, fue para apartar el día y la noche, para señal en las estaciones para días y noches; por eso dice el texto áureo, hizo la luna para los tiempos. Este satélite natural de la tierra gira alrededor de ella en 27 días, 7 horas y 43 minutos a una distancia media de 348,000 kilómetros. En consecuencia siempre presenta la misma cara a la tierra. Desprovista de luz propia, sólo refleja la luz que recibe del sol. Hay muchas cosas más que la ciencia refiere con respecto a la luna, pero la sabia y Santa Palabra de Dios nos dice en el Salmo 136.7, 8: “Al que hizo las grandes luminarias, porque para siempre es su misericordia; la luna y las estrellas para que dominasen en la noche, porque para siempre es su misericordia”. “El sol conoce su ocaso”. Quiere decir, cuando el sol se pone por el horizonte, conoce su camino. Así se denomina a esta hermosa estrella luminosa alrededor de la cual gravitan la tierra y los demás planetas del sistema solar. La ciencia describe al sol como a una estrella cuya energía proviene de las reacciones termonucleares de fusión del hidrógeno en helio. La masa del sol es solo 333,000 veces más que la tierra, por un volumen de 1 millón 300 mil veces mayor. Con todo eso la Santa Palabra de Dios aún nos dice en el Salmo 121.6: “El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche”; y Apocalipsis 7.16: “No tendrán más hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni otro ningún calor”.


PREPARACIÓN DE LA LECCIÓN

Punto histórico

Tiempo:

1445 al 1405 a. C., aproximadamente

Lugar:

Entre el Sinaí y Moab


Diccionario Bíblico

Lumbrera:

Cuerpo que despide luz.

Estación:

Tiempo, temporada. Cada uno de los cuatro períodos en que se divide el año, comprendido entre un equinoccio y un solsticio.

Señorear:

Dominar o mandar en algo como dueño de ello.


Verdad Central.

El cuarto día, vv. 14-19, siguió la organización del sistema solar con el día y la noche y las estaciones, los climas. El quinto día, vv. 20-23, la creación de las ordenes inferiores de la vida animal, de los animales acuáticos, de los reptiles y las aves.


Doctrina de la Lección.

En el día cuarto de la creación Dios hizo los cuerpos celestes, mismos que servirían de guía para registrar el tiempo y establecer calendarios (Gn.1.14). Estos cuerpos celestes tienen también el propósito de enunciar la gloria de Dios (Sal.19.1). Dos grandes cuerpos luminosos fueron hechos en relación a la tierra: uno es el sol, con luz propia, el otro es la luna, que refleja la luz del sol (Gn.1.16). En el quinto día Dios creó seres vivientes en los cuerpos acuosos con la capacidad de perpetuar su especie (Gn.1.20-21). También hizo las aves que vuelan en la expansión (Gn.1.20).

BOSQUEJO “El Cuarto y Quinto día de la Creación”

Propósito:

Enseñar que sólo la Biblia es digna de credibilidad acerca de la historia de la creación.

.

Enseñanza Toral:

Solamente el Creador de la tierra y todo lo que hay en ella, nos puede dar a conocer el procedimiento que utilizó para dar existencia a todas las cosas que hizo como nos narra la Santa Biblia.


Introducción:

Existen muchas narraciones mitológicas acerca del origen del mundo. Sin embargo, son solamente leyendas de hombres y carecen de valor. Es la Santa Biblia la que nos dice la verdad del origen de todo.


I. Las Lumbreras en la Expansión, vv. 14-19

a) Para separar el día y la noche. Dios ordenó que el sol, la luna y las estrellas se presentasen a la vista. Los constituyó en lumbreras o luminares para la tierra. Ya habían sido creadas por Dios en el principio, cuando hizo los cielos y la tierra, pero no se veían por las densas nubes de vapor que subían de la tierra. Por primera aparecen y son revelados en toda su gloria en un cielo limpio. Los cielos terrestres fueron obra del día segundo, pero los cielos llamados siderales como son el lugar del sol y los demás orbes celestiales, fueron hechos en el principio.

b) Para indicar los puntos cardinales y las estaciones del año. Estas dos lumbreras fueron “hechas”, no creadas, sino constituidas o destinadas en el cuarto día al importante y necesario oficio de regular con sus movimientos el progreso y las divisiones del tiempo, especialmente las cuatro estaciones del año, que existen desde entonces. El sol, la luna y las estrellas han sido útiles a los hombres para tomar las rutas terrestres y marítimas que deben seguir (Hch.27.20).

c) Para iluminar y calentar la tierra. Las dos grandes lumbreras que Dios constituyó en su función serían de gran utilidad e indispensables para la vida en el planeta, tanto vegetal como animal y humana. El calor del sol y su energía son básicos humanamente hablando, para la existencia de la vida. La luz de la luna determina muchas actividades desde la antigüedad. Dios le dio arreglo minucioso a la tierra y su población para mostrar su gloria.


II. La Vida Animal en las Aguas, vv. 20-21

a) Los peces. En el quinto día a la orden del Creador las aguas empezaron a producir toda clase de peces, desde los más pequeños hasta los grandes monstruos marinos. La palabra “grandes ballenas” incluye tiburones, cocodrilos y otros peces de enorme tamaño. Una clasificación de los peces según los ictiólogos es: acráneos, agnatos, y gnatostomados; estos últimos se dividen en condriotios (de su esqueleto cartiaginoso, como el tiburón) y osteíctios (de esqueleto óseo como la gran mayoría de los peces); esta última clase, la más numerosa de todos los vertebrados cuenta más de 30,000 especies. Todo es obra de la mano divina del Creador (Sal.104.25-26).

b) Los anfibios. El Señor ordenó que las aguas produjeran reptiles o animales de forma alargada, conocidos actualmente como anfibios. Son animales que pueden vivir indistintamente en tierra o sumergidos en el agua, como la foca, el cocodrilo, la tortuga y otros; también los que al comenzar la vida están en el agua y ya adultos salen a la superficie de la tierra. También hizo Dios animales acuáticos microscópicos que por ser tan pequeños no fueron visibles y Moisés no los menciona en Génesis.

c) En ánimas vivientes. Toda la infinidad de peces y animales acuáticos son llamados ánimas vivientes; se aplica esta expresión sin importar tamaño, a todos los animales que se agrupan en grandes números y se mueven entre sí. Se les llama: ánimas vivas, seres animados, en el sentido que tienen respiración y vida que Dios les dio por medio de su Palabra. El agua es un elemento indispensable para la vida, la cual sólo existe en nuestro planeta.


III. Las Aves, vv. 22-23

a) A la orden Divina. Semejante a los peces las aves se produjeron a la Palabra de Dios. Este hecho de haber sido creados el mismo día, no significa que haya un parentesco entre las dos clases de animales, por las aletas de los peces y las alas de las aves. Notemos que también las aves tienen patas como los animales de tierra firme. La razón es más bien que la creación va en forma ascendente, de lo más bajo a lo más alto. Tanto los peces como las aves ocupan un lugar más bajo que los terrestres. Los peces y las aves fueron creados no un par por cada especie, sino en una rica variedad de género y especies como en gran número de ellos.

b) Género y especies. La Palabra de Dios afirma claramente que todos los animales fueron creados según género y según su especie. Género se refiere al conjunto de cosas o seres que tienen caracteres esencialmente comunes. Especies, es el conjunto de cosas que se asemejan por tener caracteres comunes; naturaleza, calidad común a determinado grupo. Por eso negamos y rechazamos rotundamente la enseñanza de la evolución de las especies, porque Dios creó los animales según su género y especie, como existen hasta hoy.

c) Con capacidad reproductiva. Tanto los peces como las aves fueron creados por Dios con poder para reproducirse. A la orden del Señor el agua produjo animales hembras y machos en abundancia y se multiplicaron rápidamente. El campo se llenó de aves multicolores y de plumaje hermoso, que con su presencia adornaron la tierra y el aire hasta entonces silenciosos. Dios bendijo estos animales para ser fructíferos y multiplicarse.


Conclusión:

Las afirmaciones de la Biblia respecto a la Creación son verdades eternas de parte de Dios. La ciencia hoy ha comprobado que el Libro Sagrado tiene la razón.


CATECISMO MAYOR:

Pregunta 3

¿Qué es la palabra de Dios?

Las Santas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento son la palabra de Dios, la única regla de fe y obediencia. II Ti.3.16; II P.1:19‐21.


ILUSTRACIÓN. La Existencia de Dios, no las fuerzas químicas

El Sr. Kelvin, el gran físico, estaba una vez andando por el campo con su amigo Liebig, también un eminente hombre de ciencia. Dijo Kelvin: —¿Cree usted que la hierba y las flores crecieron por meras fuerzas químicas? —No —contestó Liebig—. Como tampoco creo que un libro sobre botánica que las describe pueda haber crecido por meras fuerzas químicas. Los dos, con reverencia creían que detrás de todas las fuerzas químicas estaba Dios. Si esta era la opinión no de un cristiano ignorante y fanático, sino de dos sabios de fama mundial, de dos mentes altamente privilegiadas sobre la generalidad de los hombres. ¿Cuánto más los cristianos debemos dar honra y gloria a nuestro Dios por sus obras de creación?


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